Una muestra en Valencia centra el universo de Miró en la mujer

Para Joan Miró, la mujer era el universo. Y esa visión se resume a la perfección en la obra sin título de 1939 que el pintor dedicó en París a su mujer, Pilar Juncosa, en el décimo aniversario de su matrimonio, un cuadro que anticipa la iconografía que empleará poco después en su obra cumbre, la serie Constelaciones. Un mundo azul oscuro donde los trazos negros enmarcan colores casi puros; formas femeninas en libertad y un pájaro, otro de sus iconos. Ese cuadro, junto a otras 127 obras de Miró (Barcelona, 1893-Palma de Mallorca, 1983), 15 de ellas jamás expuestas, se exhibe en la exposición Joan Miró. Evocación de la imagen femenina, que ayer se inauguró en el Centro Cultural Bancaixa de Valencia.

Mujeres esbozadas en sus inicios; jóvenes sublimadas por el surrealismo en los años veinte, como en el magnífico óleo onírico Peinture (femme, tige, coeur) (1925); formas femeninas reducidas a su esencia más etérea a lo largo de toda su carrera, bien en un bronce gigante o en un simple trozo de papel. En todas ellas, un pecho, una curva o el sexo representado por una oquedad o hasta una rasgadura en el lienzo, evocan a la mujer en un solo trazo, un único gesto.

"Es una seducción temprana que se inicia en su etapa de formación. Es una obsesión perenne que perdura en su madurez". Así lo afirma el catálogo de la exposición, que se inauguró en diciembre en Palma de Mallorca, comisariada por María Luisa Lax, Enric Juncosa y María Antonia Artigues.