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Una fundación medioambiental creada por Cacharro ejecuta una tala masiva

El organismo, impulsado por la Xunta de Fraga, está embargado por el fisco

Las fundaciones que afloraron durante los gobiernos de Fraga vuelven a generar polémica. En este caso se trata de la Fundación del Centro Superior Cinegético y Piscícola de Galicia, que tras haber recibido para su gestión una finca de 200 hectáreas en el municipio lucense de Monforte de Lemos y cerca de dos millones de euros desde su creación en 2003 hasta el día de hoy, es objeto de un trámite de embargo por parte de la Agencia Tributaria.

En el mismo espacio, supuestamente concedido para un impulsar iniciativas medioambientales, se ha constatado una tala masiva de árboles y un deterioro de su propia red de comunicaciones interiores por el tránsito de maquinaria pesada, que ha llevado a la Diputación lucense a abrir una investigación de la que se dará traslado a la fiscalía.

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Así lo comunicó el presidente del ente provincial, el socialista José Ramón Gómez Besteiro, quien ayer convocó una junta de portavoces de urgencia para explicar su extrañeza por lo que ha ocurrido en esa fundación. Este organismo fue auspiciado por el anterior gobierno popular de la Diputación, bajo la presidencia de Francisco Cacharro, del PP, y por el último ejecutivo de Manuel Fraga, a través de la Consellería de Medio Ambiente, de la que era titular el hoy presidente provincial del Partido Popular de Lugo, Xosé Manuel Barreiro. En la actualidad, ninguna de las dos instituciones tiene representación en el patronato.

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En el momento de su constitución la fundación recibió del ente provincial 200 hectáreas de terrenos, anexos a lo que se conoce como Pazo de Tor, valorados en 1,8 millones de euros y 518.000 euros en efectivo aportados por la Consellería de Medio Ambiente.

Desde entonces, la fundación recibió anualmente 170.000 euros de la Diputación y la misma cantidad de la consellería, al margen de otras percepciones económicas que están sin cuantificar por la realización de cursos o lo que haya percibido por la venta de madera procedente de la deforestación. Así vino ocurriendo hasta que, en 2008, la institución presidida por Gómez Besteiro únicamente aportó 30.000 euros de la anualidad comprometida, tras conocer la existencia de un embargo decretado por la Agencia Tributaria.

Pese a la vinculación de la Diputación con la fundación mediante aportaciones económicas y de los terrenos, la realidad es que el ente provincial desconoce la composición del Patronato, el número de trabajadores y el funcionamiento del mismo. En los últimos días del anterior Gobierno popular se establecieron unos patronos vitalicios, entre los que figurarban empresarios de la provincia, el ex presidente de la Diputación Francisco Cacharro y el ex vicepresidente provincial José Carlos Rodríguez Andina.

El actual presidente demandó información de la fundación, que disponía de un gerente que dimitió el pasado mes de diciembre. La respuesta, según indicó Gómez Besteiro, fue "muy negativa", ya que intentaron crear "una cortina de humo" trasladando a la fiscalía que la Diputación había atentado contra sus intereses al no haber ingresado la totalidad de la anualidad comprometida para 2008.

Besteiro afirma que la fundación está en una situación de "agonía económica" y se pregunta cómo cinco años más tarde de su creación puede estar inmersa en un proceso de embargo habiendo recibido tal cantidad de dinero. Ahora anuncia que se llegará "al fondo" de todo el entramado que pueda existir, con el objetivo de "preservar" los bienes de la institución y aclarar una situación que podría desembocar en la disolución de la organización.

"Pensamos que hay motivos suficientes para actuar", apuntó Besteiro, quien sostuvo que cuando existe un anuncio de embargo de la Agencia Tributaria "algo quiere decir". También evidenció la predisposición de la Diputación para colaborar con la fiscalía de la Audiencia Provincial, haciendo entrega de la información que obtenga de su investigación.

"Habrá luz, taquígrafos y máxima transparencia en este proceso, ya que estamos dispuestos a llegar hasta el final", aseguró el presidente, quien también mostró su asombro por la deforestación que supuestamente auspició esta fundación medioambiental. "Es como si los ecologistas se dedicaran mañana al comercio de pieles de animales. Esto no tiene sentido", subrayó Besteiro. También remarcó el estado de "absoluta dejadez y abandono" en que se encuentra el entramado de pistas interiores de la finca, sin que el patronato hubiera ejecutado los trabajos correspondientes para su reparación.

Un trabajador del pazo de Tor muestra una tala reciente.
Un trabajador del pazo de Tor muestra una tala reciente.PEDRO AGRELO

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