La fertilización del mar da pobres resultados
La esperanza de que verter hierro en el mar sea un medio de lucha contra el cambio climático ha disminuido tras conocerse los resultados preliminares del experimento germano-indio Lohafex. Científicos de varios países, a bordo del buque Polarstern, vertieron a partir de febrero seis toneladas de polvo de hierro en 300 kilómetros cuadrados del Atlántico sur, en el centro de un remolino, y estudiaron las consecuencias durante 39 días.
La fertilización marina con hierro estimuló el crecimiento del fitoplancton (algas diminutas) y por tanto el CO2 que absorbe. Sin embargo, atrajo también a diminutos crustáceos (zooplancton) que se comieron casi todo el exceso producido. El resultado fue que la transferencia de C02 hacia el fondo del mar fue mucho menor que en experimentos anteriores. La razón, ha explicado Victor Smetacek, codirector de la expedición, es que las algas más comunes en esta área no son resistentes a los crustáceos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.