Remesas menguantes
El peso de la crisis caerá sobre El Salvador por la caída en los envíos de dinero de sus emigrantes
Estabilidad política. Una simple frase en la que se resumen las demandas que los inversores extranjeros y los organismos internacionales hacen a la economía salvadoreña. La reciente elección del socialdemócrata Mauricio Funes ha generado suspicacias en la comunidad internacional debido a su vinculación con el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), heredero de la guerrilla salvadoreña, pero además por su supuesta cercanía a Hugo Chávez. Es por ello que el presidente electo se ha apresurado a identificarse con la socialdemocracia del libre mercado que postula el presidente brasileño Lula da Silva, siempre en contraposición del estatismo venelozano.
Un paso clave que apunta a dar tranquilidad a los inversores extranjeros, acostumbrados a las políticas liberales de la derecha salvadoreña tras dos décadas en el poder. Y es que El Salvador no es inmune a la grave crisis mundial internacional, y por ello necesita de todos los apoyos políticos y empresariales posibles para enfrentar el mal segundo semestre que se le avecina. Será el momento en que, según todos los expertos, el desplome financiero internacional se dejará sentir con mayor fuerza en el país centroamericano.
El 90% del dinero enviado por los emigrantes procede de EEUU
De momento, los datos no son buenos. Los pronósticos de analistas locales sitúan el crecimiento del PIB entre un 1% y un 1,3% para este año. No obstante, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) abren esa horquilla entre el 0,8% y 1,8%. Será, probablemente, el crecimiento más bajo de toda Centroamérica, todo ello después de crecer un sólido 3,2% durante 2008 tras retomar la senda del crecimiento sostenido a partir de 2005.
Los principales problemas para la economía de El Salvador son, además de la inestabilidad política, la caída en las remesas y las exportaciones. Los envíos de residentes salvadoreños en el extranjero a sus familiares son una de las claves de la economía local. Según los últimos datos, representa cerca del 16% de su PIB. En enero, los envíos alcanzaron los 252,4 millones de dólares, un 8,4% menos respecto a igual mes de 2008. La ralentización se hace más evidente al comprobar las caídas de octubre (6%), noviembre (6,6%) y diciembre (3,9%) respecto de 2007.
La crisis de EE UU ha sido el detonante. La primera economía del mundo es el principal socio comercial de El Salvador, además de que el 90% de las remesas provienen de este país. Los expertos señalan que las remesas y las exportaciones caerán este año una media del 15%, lo que se sumará a las inestabilidades generadas por la restricción del financiamiento internacional. A favor juega la caída de los precios del crudo, lo que permitiría al país ahorrarse unos 1.800 millones de dólares anuales en la factura petrolera.
Frente a estos problemas, los analistas advierten de que el nuevo Gobierno debería conformar una comisión de alto nivel para facilitar grandes proyectos de inversión extranjera. Ello debería enmarcarse en una agenda anticrisis en la que colaborase la oposición, aunque sin olvidar -advierten- las dificultades históricas de El Salvador como la pobreza y la seguridad social. El problema es que el Estado no presenta una situación fiscal holgada, lo que le impedirá emprender proyectos de inversión social individualmente. -
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