Los rodajes de grandes filmes siguen sin pasar por Euskadi
San Sebastián perfila su polo audiovisual, Bilbao se abre un hueco en la publicidad y Vitoria prepara su Film Comission
Dicen los entendidos que la mejor publicidad es la que no puede comprarse, al menos no sólo con dinero. A menudo, el mayor impacto es también el más sutil, el que logra empotrar discretamente su mensaje dentro de otras narrativas y aprovechar que el espectador está distraído por la trama para dejar su mensaje en el buzón. Tal vez por ello, los ayuntamientos de las capitales vascas suspiran todos ante la posibilidad de que el autor adecuado se deje y retrate el alma de la ciudad, del mismo modo que Jean Luc Godard lo hizo con Paris en À bout de souffle o Woody Allen en sus incursiones en Nueva York, Londres o Barcelona.
De las tres capitales vascas, San Sebastián, por su relación histórica con el cine y por la decidida apuesta del Ayuntamiento por la consolidación de un polo audiovisual como sector estratégico, es la que mejores cartas tiene de salida. Bilbao es cada vez más una opción recurrente entre los publicistas y Vitoria y Álava en general les siguen lejos detrás, a la espera del lanzar su propia Film Comission, a imagen y semejanza de las ya existentes en las capitales de Vizcaya y Guipúzcoa. Las tres provincias tienen a su favor una inusual diversidad de escenarios y paisajes, así como unos consistorios que quieren facilitarles las cosas -el rodaje en Bilbao y San Sebastián está exento del pago de tasas por ocupar espacio público, habituales en Madrid y Barcelona-. En contra está una climatología adversa con pocos días de sol y una imagen de marca asociada en demasiadas ocasiones al terrorismo -de hecho, gran parte de las grandes producciones españolas en Euskadi suelen ser sobre el llamado "conflicto vasco", como Todos estamos invitados, de Manuel Gutiérrez Aragón o Un Tiro en la cabeza de Jaime Rosales-.
El de James Bond fue el último rodaje extranjero importante
La pelea por atraer rodajes de fuera se juega en dos frentes: el de aligerar la burocracia y mejorar la coordinación para facilitar el trabajo in situ, y el de los imprescindibles contactos. El sector audiovisual, explican productores y creadores, es un negocio en el que el juego de seducción, las complicidades y los buenos amigos son determinantes a la hora de elegir entre A y B. Hay que moverse con soltura entre alfombras y estrenos, así como saber invitar a cenar a las personas adecuadas. El recorrido por los principales festivales y ferias, como la Mipcom en Cannes, son ineludibles.
Después está la cuestión de hacerle la vida más fácil a los productores. Un rodaje exige una serie de despliegues que a menudo implica a varios interlocutores públicos (ayuntamiento, policía municipal, varias concejalías, bomberos, protección civil...). Para no marear más de la cuenta, los ayuntamientos están haciendo suyo el modelo de ventanilla única, de modo que la Film Comissión en cuestión se convierte en el interlocutor del equipo de producción y colabora desde el principio. "Un rodaje exige cierto despliegue. Con James Bond, por ejemplo, se paralizó parte de la ciudad, pero, a pesar de las molestias para el tráfico y el día a día, es rentable que los consistorios se instalen en esta filosofía", resume Ernesto del Río, responsable de la Bilbao Film Comission y director del festival de cine Zinebi. Por entonces, el consistorio bilbaíno se desvivió por hacerle plácida la estancia a los productores de la saga 007, que rodaron allí la secuencia inicial de El mundo nunca es suficiente. Desde que en 1999 Pierce Brosnan la lió a tiros en la calle Iparraguirre, ningún rodaje internacional de tal categoría ha vuelto por el País Vasco.
"Atraer rodajes de afuera es difícil. La competencia es feroz", señalan desde el cluster audiovisual de Euskadi, Eiken. "Tienes que crear un paquete bueno, interesante que abarque todos los aspectos. La postproducción en celuloide, por ejemplo, no se puede hacer en Euskadi. Esperemos que con la llegada de la era digital eso ya no sea un impedimento", añade la entidad que representa a las principales empresas de un sector que factura algo más de 250 millones de euros y emplea a unas 2.500 personas.
La industria local audiovisual gira en gran parte en torno a la omnipresente EITB y a las subvenciones públicas. Desde principios de la década, se han multiplicado las iniciativas para tratar de darle un empuje y atraer rodajes internacionales. El Libro Blanco del Audiovisual, desarrollado en 2003 por los departamentos de Cultura, Industria, EITB y la SPRI, propició la creación del cluster audiovisual y el establecimiento de nuevas vías de financiación. Del Rio sugiere una fórmula similar a la conseguida en Cataluña con la realización de Vicky Cristina Barcelona, de Woody Allen, en la capital catalana: las instituciones participaron también en la financiación a cambio de mostrarle al mundo las bondades de su ciudad en la gran pantalla. "Bilbao, con sus barcos que llegaban al Ayuntamiento y las grúas por todos lados, tenía antes esa identidad industrial tan propia. Ahora, aunque está despegando, la nueva ciudad que ha surgido tras el efecto Guggenheim sigue sin explotar sus posibilidades audiovisuales. Necesitamos un rodaje internacional. Hace falta alguien que dé con el nuevo canon de la Villa", afirma Del Río. Destaca, no obstante, que la capital vizcaína se está convirtiendo en un destino recurrente para el rodaje de anuncios publicitarios que buscan jugar con su atípica arquitectura. En 2008, la capital vizcaína fue escenario de 44 producciones: seis largometrajes, 5 vídeos (entre musicales y entrevistas y campañas políticas), 20 documentales y programas de televisión, siete anuncios publicitarios y seis cortos.
Continúa lejos de la meca del cine en Euskadi, San Sebastián, que las demás Film Comission de España ponen como ejemplo a seguir. A lo largo de 2008 se rodaron en la capital guipuzcoana un total de 190 producciones, que supusieron 329 días de grabación y la tramitación de 266 permisos. Se calcula que estos ingresos generaron 4,6 millones de euros para la ciudad, en empresas del sector audiovisual y de servicios complementarios, así como en otros sectores económicos (hostelería, comercio, hoteles o transporte). Es la única de las tres capitales que ha cuantificado los beneficios económicos. La sociedad pública Fomento San Sebastián tiene previsto terminar para 2010 el edificio que albergará el Polo de Innovación Audiovisual, un espacio empresarial en el cual las empresas puedan compartir instalaciones y se fomentará el trabajo en red. Las instalaciones podrán albergar unas 60 empresas en total.
El contraste está en Vitoria, donde nadie en el Ayuntamiento pudo aclararle a este periódico cuántos rodajes se han realizado en sus calles. En paralelo, Fernando López Castillo, responsable del estudio previo para la futura Film Comission alavesa, recalca la importancia de la coordinación entre instituciones y de realzar los atributos de la provincia, como el casco medieval de Vitoria y las bodegas alavesas.
Lugares favoritos
- Bilbao y Vizcaya: Largometrajes: Pagafantas, Ander, y Bon Appetit, entre otros.
Anuncios: Audi A4, Lotería del Niño y el Gordo, Volvo y Hyundai.
Escenarios más solicitados: Gran Vía y alrededores, Arenal, Casco Viejo y el entorno de la Ría.
- San Sebastián: Largometrajes: Rabia, Zorion Perfektua y Sukalde Kontuak y Un Tiro en la Cabeza.
Escenarios predilectos: Parte Vieja, el puerto, el paseo de La Concha, el Boulevard, el parque Cristina Enea y la playa de la Zurriola.
- Vitoria: Aún no dispone de una Film Comission.
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