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Columna
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La sucesión de Chaves, ¡shhhh...¡

Este artículo hay que leerlo en voz baja. Trata de la sucesión de Chaves. Y de lo que dicen los socialistas cuando hablan del relevo de Chaves, que lo hacen en voz baja. Hay gente en el PSOE que cree que Chaves no se presentará en 2012. Están convencidos de ello, pero lo dicen en voz baja. No sabemos si para que nadie los escuche o porque no terminaban de creérselo del todo. Es más, aseguran que el secretario general de los socialistas andaluces quiso dejar este cargo orgánico en el último congreso, pero la falta de acuerdo en torno al sustituto -aspiraba a que le sucediera Luis Pizarro, como cuatro años antes lo intentó con Mar Moreno- le hicieron recapacitar y mantenerse en el puesto. Dejar de ser secretario general del PSOE-A en 2008 se interpretó como un primer paso para dejar de ser candidato a la Junta en 2012. Esto último lo dicen en voz alta los que hablan del relevo de Chaves en voz baja.

Los que hablan en voz baja del relevo de Chaves estaban convencidos del relevo de Chaves en 2012 hasta que llegó la crisis. Ahora susurran que si la situación económica se complica aún más de lo que ya está y sus consecuencias se arrastran hasta las próximas autonómicas, será el propio partido el que le pida a Chaves que opte de nuevo a la reelección, ya que los que hablan en voz baja del relevo de Chaves están convencidos de que Chaves lleva tiempo pensando en voz baja que le gustaría ser relevado. Cuando los que cuchichean sobre la sucesión de Chaves leen las encuestas de los periódicos sobre intención de voto hablan en voz alta de que mantienen la mayoría absoluta, pero murmuran en voz baja que se empieza a vislumbrar un cierto hastío en los ciudadanos por los 18 años ininterrumpidos de Chaves en el cargo.

Cuando el presidente de la Junta habla en voz alta de que será candidato de nuevo y de que está dispuesto a optar a la reelección si su partido se lo pide, los que hablan en voz baja dicen que esas palabras hay que interpretarlas como un intento de cortar de raíz cualquier debate en torno a su sucesión, e impedir que se abra una crisis interna en el PSOE con la que está cayendo en estos momentos sobre la ciudadanía. O sea, paro y más paro. Por eso, los que hablan en voz baja sostienen que, llegado el momento, si el PSOE se lo pide, Chaves volvería a repetir, a pesar de que son conscientes de que el peor cierre para las cinco mandatos consecutivos de Chaves sería su salida de la política tras una derrota electoral.

Los que hablan de quién podría suceder a Chaves cuando hablan en voz baja de la sucesión de Chaves dicen que Mar Moreno, la que fuera presidente del Parlamento andaluz y ahora miembro de la ejecutiva federal, es la opción que baraja Zapatero, pero musitan que difícilmente habrá un sucesor de Chaves que no cuente con el visto bueno de Chaves. Son los mismos que dicen en voz baja que hay otras opciones y que en la carrera por situar a un posible sustituto mantienen desde hace meses una pugna soterrada Luis Pizarro y Gaspar Zarrías, que estarían atrayéndose cada uno el respaldo de las ejecutivas de distintas provincias. En algunas de estas provincias también se habla en voz baja de ello. Como también se divulga en bajito los nombres de Francisco Vallejo o Magdalena Álvarez, entre otros.

Manuel Chaves lleva años pidiendo que no se hable de su relevo, cuando curiosamente sólo se habla de su relevo las veces que él introduce una pista. Lo hizo en las pasadas elecciones, tras admitir que le gustaría ser sustituido por una mujer. Lo hizo cuando valoró el gesto de Aznar de estar sólo ocho años en el cargo. Y lo hizo cuando Mar Moreno, tras asumir la vicesecretaria general, dijo que el encargo que Chaves le había hecho era que el problema de su relevo no fuera un problema. No cuenten nada de lo que han leído. De estas cosas sólo se habla en bajito.

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