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Prisión para el gigoló

Helg Sgarbi pasará seis años en la cárcel por extorsionar a su amante Susanne Klatten, la dueña de BMW

Helg Sgarbi, el gigoló que extorsionó a la mujer más rica de Alemania, Susanne Klatten, no perdió la sonrisa ni tan siquiera cuando el juez de Múnich dictó contra él ayer una condena de seis años de cárcel. Esa sonrisa le costó 10 millones de euros a su amante.

Terminó así, tras un par de horas de vista oral, el que prometía ser un espectacular proceso sobre las peripecias de Sgarbi con Klatten y otras tres riquísimas mujeres, víctimas de su red de extorsión. En principio, todo ha salido a conveniencia de las millonarias: Sgarbi seguirá en la cárcel, donde está desde enero de 2008, y ellas se ahorraron el trago de contar en público la picante historia.

La sentencia deja sin aclarar diversos aspectos de la rocambolesca historia de adulterio, millones de euros y extorsiones sistemáticas que tramó este suizo de 44 años. Sobre todo, el papel representado por el gurú Ernano Barretta, ahora arrestado en su mansión italiana. Ni siquiera se sabe dónde está el dinero obtenido por Sgarbi con sus manejos.

Susanne Klatten -de soltera era Quandt- pertenece a una de las familias industriales más ricas y poderosas de Alemania. Los Quandt son dueños del gigante automovilístico BMW, de varias empresas químicas y de una fortuna ingente. La propia Klatten tiene, a sus 46 años, un patrimonio de más de 8.000 millones de euros. Está casada y tiene tres hijos.

Conoció a Sgarbi en el verano de 2007, en un hotel de lujo. En seguida fueron amantes. Unos meses más tarde, el hombre explicó que había atropellado a un niño en Estados Unidos. Necesitaba siete millones de euros. Klatten se los "prestó". Pero Sgarbi quería más. Le exigió 50 millones bajo amenaza de publicar un DVD grabado durante uno de sus encuentros. En enero de 2008, Klatten presentó una denuncia contra Sgarbi por chantaje. En total, la extorsión sumó 10 millones.

Pero Klatten no fue la única. La portavoz del ministerio bávaro de Justicia Margarete Nötzel explicó ayer que Sgarbi "tiene antecedentes por delitos similares". Esto hace improbable su pronta excarcelación.

Helg Sgarbi, ayer durante el juicio celebrado en Múnich.
Helg Sgarbi, ayer durante el juicio celebrado en Múnich.EFE

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