El atasco en la A-2 se convirtió en una ratonera
Los cortes para quitar el luminoso causan 14 kilómetros de retenciones
Aunque se esperaban hasta cuatro centímetros de espesor, ayer no fue la nieve la que colapsó las entradas a la capital. La pesadilla de los conductores más madrugadores tenía forma de cartel y estaba a varios kilómetros, en la avenida de América. Y les amargó la primera hora de la mañana. Los cortes de tráfico para que los bomberos pudieran retirar el cartel publicitario que amenazaba con caerse en la entrada de la capital provocaron más de 15 kilómetros de atascos que sufrieron los que intentaban llegar a Madrid desde la A-2.
Uno de ellos era Javier Machón, que salió a las siete de la mañana de Alcalá de Henares para ir al instituto Barajas. Normalmente, tarda 45 minutos; ayer le llevó casi tres horas. A esas horas, por la A-2 sentido Madrid sólo podían circular los autobuses, así que Javier fue desviado a la M-21. Pero el panorama no mejoró. "Estuvimos más de 10 minutos parados y luego avanzábamos dos metros para volver a parar", contaba por la tarde. A su alrededor, mucho conductor cabreado llamando por teléfono para avisar de que llegaba tarde a trabajar. "Hubo nerviosismo y adelantamientos peligrosos", se quejaba Javier, que se perdió las dos primeras clases de la mañana. Él llamó para avisar al instituto, donde otros profesores y alumnos también se vieron afectados por el tráfico. Aunque a él le tocó lo peor, porque un profesor que salió una hora después que él de Alcalá llegó a la misma hora al instituto. A Javier le tocó armarse de paciencia en el coche: "Con la radio y fumando".
La carretera estuvo cortada en Torrejón y Coslada a primera hora
"Alcalá era esta mañana una auténtica trampa", se quejaba Luz
"Hubo nerviosismo y adelantamientos peligrosos", decía Javier
Los atascos en la M-21, con dos carriles para cada sentido, llegaron a ser de siete de kilómetros, según la DGT. Le sorprendieron a Irene Izquierdo, que suele tomar esta vía para evitar las aglomeraciones de la A-2. Pero ayer su truco no funcionó: "Había muchísimos coches". Tanto, que tardó casi el doble de tiempo del habitual en llegar a su trabajo, a la altura de República Argentina. En el área más próxima al edificio donde el cartel publicitario amenazaba con caer, en el número 51 de la avenida de América, tres de los cuatro carriles de entrada estaban cortados, y se preveía que continuaran así por la noche. Desde la M-30 hasta el intercambiador de transportes, sólo estaba abierto el carril izquierdo. Los autobuses podían acceder al intercambiador por un recorrido especial.
El novio de la hermana de Irene hizo el mismo recorrido en cercanías y no encontró ningún problema ni más viajeros de lo habitual. "La gente no se enteró y todo el mundo cogió el coche". "Suerte que tengo un horario flexible", resumía Irene después de contar su pequeña odisea matutina. Salió de su casa a las ocho y media y ya allí "una fila enorme de coches" atravesaba su barrio, a la salida de Torrejón de Ardoz. Allí y en Coslada, la A-2 estaba totalmente cortada para evitar que los coches no llegaran al punto conflictivo de la avenida de América.
Algo parecido ocurría en Alcalá de Henares, convertida en "una trampa", explicaba metafórica Luz, otra afectada por los atascos. Como no se podía utilizar la A-2, los conductores buscaron otras alternativas, saturando las carreteras de Alcalá. Luz optó por la R-2, para lo que tuvo que ir hasta Meco y pagar tres euros de peaje. José Matas, su marido, tomó otro camino alternativo mientras sufría los embotellamientos. Entra a trabajar a las ocho de la mañana en Coslada y, como de costumbre, salió de su casa en Alcalá a las siete. "En cuanto me incorporé a la A-2 recibí un mensaje de mi hermano". Le avisaba de que no se metiera en la nacional, pero era demasiado tarde. Así que José optó por dar media vuelta para ir hacia Loeches, de allí a Mejorada del Campo, San Fernando de Henares y, finalmente, llegar a su trabajo pasadas las nueve de la mañana. "Más de 45 kilómetros de vuelta alternativa", resumía.
El Ayuntamiento de Madrid también recomendó recorridos alternativos, que se pueden repetir hoy si los cortes en la avenida de América continúan. También estuvieron cortados el acceso desde la avenida de América a la M-30 y la calle del Corazón de María entre la plaza de Camilo José Cela y la calle de Canillas. El Ayuntamiento recomienda evitar, en la medida de lo posible, el recorrido por la zona y acceder en transporte público.
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