Moratinos se queja ahora a Miliband de la visita real a Gibraltar

El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, expresó ayer a su homólogo británico, David Miliband, el "rechazo, consternación e indignación" del Gobierno español por la visita de la princesa Ana de Inglaterra a Gibraltar. Moratinos aprovechó su coincidencia con Miliband en una reunión de la OTAN en Bruselas para manifestarle que la visita de la princesa a la colonia, para inaugurar un sanatorio militar que lleva su nombre, "hiere la sensibilidad de todos los españoles".

El ministro dijo a los periodistas que tenía previsto trasladar su queja a Miliband, pero que fue éste quien se dirigió a él "preocupado por el rechazo [a la visita] que ha podido constatar en los medios de comunicación españoles".

Las críticas de Moratinos fueron asumidas con naturalidad por el ministro principal de Gibraltar, Peter Caruana, quien distinguió entre la protesta "medida" del Ejecutivo y las críticas abruptas de algunos diputados gaditanos, como el popular José Ignacio Landaluce. Caruana fue casi comprensivo con el Gobierno español: "Ha hecho lo que todo el mundo esperaba, que es mostrar en un sentido formal su malestar por la visita, para después aceptarla como han hecho todos los anteriores Gobiernos de España".

Al finalizar su paseo con la princesa, Caruana defendió la visita como un acontecimiento normal "en un territorio de su majestad", en alusión a Isabel II. Aunque Caruana defendió el viaje, el miércoles no acudió al aeropuerto a recibir a la princesa, que fue cumplimentada por el gobernador, sir Robert Fulton. Un gesto que puede interpretarse como un guiño para rebajar el alcance protocolario de la visita. El contacto más estrecho con la población se produjo ayer, durante un paseo de la hija de la reina por la calle principal de Gibraltar, donde fue aplaudida ocasionalmente y se exhibió alguna bandera británica.