"El reparto del botín de unos bucaneros"
El tono de las primeras intervenciones auguraba un debate intenso y vivo. "Los representantes del consejo han sido elegidos democráticamente, pero eso no significa que puedan hacer lo que quieran sin consultar", dijo un estudiante. Otra alumna se quejó de la escasa representación estudiantil en los órganos de dirección. "¿Si no decidimos, dónde está nuestra participación?" Hubo preguntas sobre el futuro de las Ingenierías, y en especial de la Geológica. Un profesor de Derecho criticó cómo se están planteando los planes de estudio que "como dijo un compañero, se ha convertido en el reparto del botín de unos bucaneros en la isla de la tortuga". El público aplaudió a este profesor que tildó de "grotesco" el debate. Un alumno exigió la dimisión del presidente del Consejo de Alumnos, Cristián Sirvent, al recriminarle que "cobra dietas, viajes y lanza campañas vendiendo la erótica del poder".
Otro profesor de Filosofía del Derecho admitió tener "pánico a los cambios a peor", en referencia al proceso de Bolonia, cuyo debate de títulos tildó de "ridículo e irracional". "Frente a tanta irresponsabilidad de políticos y gestores, quizá los estudiantes pongan remedio", vaticinó. A estos docentes el rector les contestó que en cada Facultad se ha abierto el correspondiente debate donde se deberían haber planteado estas críticas. "Se deberían haber implicado desde el principio", recriminó Raneda. El rector rechazó que las empresas privadas hayan intervenido en la elaboración de propuestas de los títulos de grado, master o postgrado.
Una portavoz de la Assamblea aseguró que el Consejo de Alumnos "no es legítimo, llevó a la gente de la mano para que les votaran", y recordó que gracias a las 4.000 firmas y a ese grupo de "anarquistas en tiendas mugrientas" se pudo celebrar este primer debate público con el rector sobre Bolonia. Los alumnos cuestionaron el cambio de las fechas de los exámenes, criticaron la lucha de poder "en cada departamento para aplicar la reforma y demandaron una participación más democrática. "Queremos una moratoria de Bolonia para que se nos tenga en cuenta", dijo una alumna. Pero el rector insistió en que llega tarde su petición y que el proceso de Bolonia es imparable. Tras más de dos horas de discusión intervino una profesora con el corazón partido. "Nos gustaría estar en esa tienda de campaña, pero quiero una Universidad mejor porque la actual no funciona", dijo la docente, que recordó que por primera vez se está hablando de mejorar la docencia e instó a la Assamblea a explicar su alternativa a Bolonia.
El debate concluyó con una petición unánime del alumnado: una consulta popular sobre Bolonia. Petición quimérica porque los plazos ya están cerrados.
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