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Reportaje:Elecciones 1-M

El declive del agro

El desafío de recuperar la actividad y cerrar la brecha que separa a los productores de la Administración

La mirada de la Euskadi nacionalista siempre vuelven a lo rural, como si allí se encontraran las esencias del pueblo. Esta búsqueda de las raíces no ha evitado que los agricultores y ganaderos vascos estén hartos; se sientan abandonados y en peligro de extinción. El sindicato EHNE, que agrupa a la mayor parte de los productores, acusa directamente al Gobierno vasco de la situación del agro, que no es protagonista en la campaña pese a que los expertos coinciden en que se hunde.

No se sabe a ciencia cierta cuál es el número de productores, pero sí sabe que el edad del baserritarra sube y que la producción es cada vez menor. La legislatura que se cierre se ha caracterizado por los escándalos (txakoli, Idiazabal, carne de vacuno con label...) y por la concienciación de socialistas y populares de que el campo es un terreno, hasta ahora virgen, para la batalla política de oposición.

Euskadi es la única comunidad sin elecciones sindicales en el campo
La renta del agricultor depende en un 20% de las subvenciones
La legislatura que se cierra se ha caracterizado por las irregularidades

El nuevo consejero de Agricultura, Pesca y Alimentación deberá gestionar un presupuesto de 177,3 millones de euros este año. Sobre la mesa tendrá la Ley de Política Agraria y Alimentaria, que se aprobó en el Parlamento in extremis con los votos de los tres partidos del tripartito (PNV, EA y EB) y del PP. La norma, según EHNE, recoge objetivos y fines "positivos", pero sin "mecanismos" para poder llevarlos adelante. La mayor crítica a la ley por parte del sindicato agrario y de los socialistas es que impide la celebración de elecciones sindicales en el agro y convierte a Euskadi en la única comunidad autónoma de España en la que agricultores y ganaderos no podrán demostrar sus preferencias en un sistema electoral abierto.

La representación se medirá en función de la afiliación y no del voto; un sistema que impide saber a ciencia cierta el peso de de cada organización. En Euskadi hay dos grandes sindicatos: EHNE, en el que la izquierda abertzale tiene una clara influencia, que tiene asociado al alavés UAGA, y ENBA, vinculado históricamente al PNV.

Más allá de la incertidumbre que acecha al sector por la políticas de liberalización que llegan desde la Unión Europea con la reforma de la Política Agricola Común (PAC), EHNE censura que el Gobierno haya impulsado la concentración ganadera en el vacuno de leche a través la empresa Iparlat, la política de mataderos y la apuesta por los cultivos intensivos. La queja fundamental es que el sector desaparece por una falta de rentabilidad, porque los precios que cobran los "baserritarras son iguales a los de hace 20 o 30 años".

Estas elecciones autonómicas presentan como particularidad respecto a comicios anteriores, dos modelos divergentes sobre el desarrollo agrario. Por un lado, el del actual Gobierno, que apuesta por la continuidad y, por otro, el del PSE, que, curiosamente, ha acercado sus posiciones a las de EHNE.

La mala situación general del sector se refleja en el elevado índice de subvenciones, que, según datos aportados en una intervención pública por el consejero Gonzalo Sáenz de Samaniego, suponen el 20% de la renta del agricultor. En todo el sector primario, las ayudas, tanto de la UE como del Ejecutivo vasco, han rondado los 400 millones en 2005, 2006 y 2007. En el último año las concedidas por Vitoria, fueron 137, de los que cerca de 80 se dirigieron a la actividad agrícola.

La gestión del Departamento de Agricultura ha estado marcado toda la legisltura por la duda y el escándalo. Sáenz de Samaniego ha tenido que acudir de forma reiterada al Parlamento a dar explicaciones de su gestión que no han satisfecho a la oposición.

Probablemente, los principales interroganteste en la gestión del departamento estriban en la red societaria que ha creado a modo de una Administración paralela. Un informe de la UPV a primeros de 2007 ya revelaba la imposibilidad de "estimar el total de recursos que se gestionan" a través del "entramado de empresas y fundaciones". El estudios considera que esta "tupida red de empresas" suscita "múltiples interrogantes", al tiempo que cuestiona su propia necesidad y duda sobre los "objetivos finales que persigue". La estructura de la red empresarial se articula en torno a dos empresas públicas, Mendikoi y Neiker, una empresa con participación mayoritaria del Gobierno, IKT, y tres fundaciones dependientes de él, Azti, Elika y Kalitatea. El informe asegura que es "imposible estimar" el total de recursos que se gestionan a través del entramado empresarial. El hecho es que las seis grandes sociedades o fundaciones públicas que dependen de la consejería que encabeza Sáenz de Samaniego suman tres veces más trabajadores que el propio departamento.

La falta de transparencia en la gestión y las irregularidades que a lo largo de la legislatura ha venido publicando este diario han estado siempre vinculadas a la red empresarial, que mantiene una serie de cruces en el accionariado para evitar el control asministrativo y del Tribunal Vasco de Cuentas Públicas. Hay preguntas que después de varios años quedan aún sin respuesta. Por ejemplo, el Gobierno vasco no ha aclarado nuca por qué una vaca loca muerta en una explotación alavesa en julio de 2005 no figura en el informe que España elevó a la Unión Europea sobre los casos detectados ese año de encefalopatía espongiforme bovina (EEB). Estos datos se gestionan através de IKT.

La gestión oscura también llegó con la gripe aviar y la detección de un somormujo infectado, el primer caso en España. El Gobierno incumplió los protocolos de actuación de la Unión Europea. En el caso estuvo directamente implicado Neiker y arrastró la destitución de un alto cargo del departamento. A estos episodios siguieron otros como el fraude en el txakoli, detectado por el las actas de inspección de funcionarios del Gobierno vasco, o en el queso de Idiazabal, que terminó sin sanciones por una instrucción defectuosa por parte de la Fundación Kalitatea, 100% del Gobierno. A éstos casos habría que sumar el del llamado cáncer del pino (enfermedad causada por el hongo fusarium), la gestión de mataderos, que se centra en promover Gurokela, o el fracaso de la carne de vacuno con label, que se comercializa fuerza de sus circuitos y sin el distintivo de calidad propio.

Los desafíos de la nueva Administración pasan, sin duda, por aplicar transparencia y nuevas ideas que revitalicen un sector en decadencia. EHNE ve una oportunidad en la agricultura ecológica, donde los 41 productores que había en 1997 se han triplicado hasta los 137 de 2006. Sin embargo, no es suficiente. Es probable que sea el vino de Rioja Alavesa el único subsector que va bien, pese a que la crisis ha hecho que alguna de las grandes bodegas haya visto cancelados grandes pedidos y que sus stocks hayan aumentado de forma alarmante.

No hay varita mágica para salir de la crisis agraria, que ya parece estructural. EHNE pide soberanía alimentaria y un observatorio de precios. El Gobierno rechaza ambas propuestas. Sin embargo, los socialistas han llevado ambas a su programa electoral, con el objetivo seguir la evolución de los costes del productor y del precio a lo largo de toda la cadena alimentaria.

Poca pesca

La última pata del sector primario vasco es la pesca y también se desmorona, pese a contar con una flota moderna (con menos de 13 años de media) y preparada. Lejos quedan aquellos años en que trabajar en la mar era una garantía de sueldos altos, cuando corría el dinero por los principales puertos de la costa. El diagnóstico es compartido por los expertos y los arrantzales , que no ven remedio posible al constante descenso de barcos y pescadores censados en Euskadi: de los 584 buques que existían en 1992 se ha bajado hasta los 300 que el Eustat contabilizaba en su última estadística, correspondiente a 2006. La cifra incluye a pequeñas embarcaciones con un solo tripulante. Al empleo en la mar le ha ido aún peor: los 6.546 puestos de hace 16 años se quedaban en 2006 en 2.902, un 55,7% menos.

Los pescadores se quejan del precio de su producto en la lonja, igual que los agricultores. Aseguran que se mantiene casi igual que hace 20 años, mientras que los costes para el armador se han multiplicado, especialmente por la subida del gasóleo. La captura de la anchoa, principal sustento de los barcos de bajura del Cantábrico, se encuentra paralizada por Bruselas desde hace tres años para que la especie se vaya recuperando. La Unión Europea decidió en junio pasado ampliar las restricciones y está pendiente analizar el caladero para la campaña de este año.

Las grandes empresas de distribución, con una importante oferta de pescado de países emergentes, han dejado congelado el precio para el arrantzale, quien ve indignado cómo los tres euros que le pagan por el kilo de merluza en la lonja se disparan hasta los 12 que abona el consumidor en la pescadería. "La solución a los precios es muy complicada, porque manda el mercado y los arrantzales no han sabido buscar la comercialización", señalan expertos del sector.

El Departamento de Agricultura y Pesca tiene en marcha un plan estratégico elaborado para revitalizar el sector, con vigencia hasta 2013 y que incluye más de 170 medidas. Resulta significativo que sólo una veintena de ellas estén enfocadas a la actividad extractiva y que, entre ellas, casi todas inciden en mejorar la imagen del sector, la formación de los trabajadores y prevenir los riesgos laborales.

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