La fuerza de las cooperativas
Once sociedades agrarias son grupos líderes en su comunidad autónoma
Una facturación superior a los 17.000 millones de euros, 1.160.000 socios y unos 107.000 puestos de trabajo entre fijos y eventuales son algunas de las cartas de presentación del sector cooperativo en la actividad agraria y alimentaria. En total, unas 4.000 entidades asociativas que van desde la producción hasta la transformación y comercialización de los productos agrarios y la prestación de servicios y suministros. Todo ello constituye un gran entramado de actividades básicas para el mantenimiento del tejido socioeconómico en el medio rural.
Frente a los procesos de concentración que se han desarrollado en las últimas décadas en otros países comunitarios, en España la tónica dominante ha sido y es el minifundismo cooperativo. Los procesos de concentración han sido muy limitados. Con esta estructura, en momentos de crisis como éste, de precios a la baja y subida de los medios de producción, la mayor parte de las cooperativas no han servido para responder a las necesidades del sector agrario.
Suponen el 37% de la producción final agraria y tienen un millón de socios
Las entidades dan trabajo a 107.000 personas y facturan 17.000 millones
El mercado reclama fusiones para acabar con el minifundismo en el sector
En este escenario, el portavoz de agricultura del grupo socialista en el Congreso de los Diputados, Alejandro Alonso, ha presentado una proposición no de ley para modificar la ley de cooperativas en línea con las exigencias del sector.
Aunque hay producciones donde el peso cooperativo es dominante, como serían los casos del aceite o el vino, la realidad es que esos mercados están controlados por unos pocos grupos empresariales o de operadores, a quienes se acusa de imponer precios, pero sin los cuales, laemntablemente, no tendría salida la producción cooperativa.
Por sectores productivos, las entidades asociativas, según los datos manejados por la Confederación de Cooperativas Agrarias, suponen el 100% en la producción de tabaco, el 80% en la oferta de mosto, el 70% en la producción de aceite de oliva y vino, y el 60% en el arroz. Tienen un peso importante, con el 45% de la producción, en los sectores de cítricos, leche de vaca y de oveja y frutos secos. Suponen el 35% en la producción de aceituna de mesa, frutas -excluidos los cítricos-, carnes de ovino y caprino, cereales, oleaginosas y algodón. Las participaciones más bajas corresponden al porcino o los quesos, con el 10%, o a la avicultura, con algo más del 20%.
A pesar de ser un sector dominado por una estructura minifundista, las 30 primeras entidades asociativas suponen el 31% de toda la facturación, y las primeras 650 significan el 75%. Hay un grupo reducido de entidades que son la base de un tejido económico en sus respectivas zonas rurales.
En Galicia, hablar de cooperativas es hablar de Coren, con actividad en las cuatro provincias, donde se agrupan un total de 22 cooperativas de primer grado con casi 3.000 socios. Nacida hace medio siglo con la cría de pollos, hoy su actividad se extiende a la avicultura de puesta, porcino, pavo, vacuno, desde el campo hasta la industrialización y los suministros. Su estrategia se ha basado en la diversificación, la investigación de nuevos productos y el apoyo a la marca. Da empleo directo a 4.000 personas. Para su consejero delegado, Manuel Gómez Franqueira, es aún más importante lo que aporta en empleo indirecto para el mantenimiento de la actividad en el medio rural. Es el único grupo cooperativo agrario que factura más de mil millones de euros.
En Asturias, Central Lechera Asturiana, integrada en Corporación Agroalimentaria Peñasanta, cuenta con 7.200 socios, aunque sólo hay unos 2.000 activos. Mantiene un empleo de unos 800 puestos de trabajo, aunque su consejero delegado, Pedro Astals, estima que el grupo genera unos 3.500 empleos en la región. En 2007 facturó 860 millones de euros.
Acor, ubicada en Valladolid y dedicada al azúcar, opera en la mayor parte de las provincias de Castilla y León, con 8.600 socios y una facturación de 140 millones de euros. Hoy ha ampliado su actividad a la producción de biodiésel. Da empleo directo a unas 350 personas e indirecto a otras 3.000.
En Andalucía, entre las más importantes, destacan dos grupos: Hojiblanca y Covap.
En el sector del aceite, y de la mano de su director general, Antonio Luque, Hojiblanca se ha convertido en un grupo en expansión con una facturación de unos 370 millones de euros, empleo directo de unas 800 personas y cerca de 4.000 puestos de trabajo indirectos en más de medio centenar de pueblos, especialmente en las provincias de Málaga, Córdoba y Sevilla. Cuenta con 26.000 socios, es el primer grupo en la producción de aceite, con 100 millones de kilos, y el segundo en aceituna de mesa, con 40 millones de kilos.
En el sector de vacuno, ovino, caprino y porcino ibérico destaca la Cooperativa Valle de los Pedroches, con 15.000 socios, especialmente en las provincias de Córdoba, Badajoz y Ciudad Real, con más de 600 puestos de trabajo fijos y otros 400 indirectos.
Agropecuaria de Navarra, con 150 cooperativas asociadas y 23.000 agricultores y ganaderos, se extiende a parte de Aragón, La Rioja, País Vasco y Castilla y León. Tiene una fuerte presencia en los sectores de cereales, frutas y hortalizas, y todo el sector ganadero desde la producción hasta la comercialización. Dispone de una importante estructura de servicios. AN cuenta con una plantilla de más de 700 trabajadores, factura 420 millones de euros y constituye un fiel reflejo de un sector agroalimentario navarro potente y bien organizado.
En la Comunidad Valenciana, con una facturación de unos 450 millones de euros, destaca el peso de Anecoop, fundamentalmente en la producción, transformación y comercialización en el sector hortofrutícola, aunque también opera en vinos. Su plantilla es de 200 personas y agrupa a unos 100.000 socios de un centenar de cooperativas.
En Extremadura, Acorex aglutina a unas cuarenta cooperativas agrícolas y ganaderas.
En Cataluña, una de las cooperativas de referencia es Guissona, con 840 millones de euros de facturación. Opera sobre todo en el sector ganadero, desde la producción hasta la industrialización, y cuenta con una red para venta minorista con enseñas como BonArea.
Arento, en Aragón, agrupa a unos 20.000 socios de más de un centenar de cooperativas. Opera en los sectores de cereal, ganadería y suministros, con una facturación de 150 millones de euros y 200 puestos de trabajo fijos.
En Castilla-La Mancha, el peso cooperativo es clave en el sector del vino. Virgen de las Viñas, Jesús del Perdón, El Progreso o Cristo de la Vega y Santiago Apóstol en otros sectores son algunas de las más importantes.
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