El reto de la vejez

Cuando se otea en el horizonte, todos los especialistas señalan al envejecimiento de la población y las mayores expectativas de vida como uno de los desafíos para el sistema sanitario tal y como está concebido en la actualidad. En muchas ocasiones, las camas de los hospitales para enfermos agudos se emplean para enfermos con problemas crónicos, cuyo destino debería ser otro tipo de hospital, como los de media y larga estancia.

Juanjo Calvo, médico especialista en Geriatría y presidente de la Asociación Vasca de Geriatría y Gerontología-Zahartzaroa, considera que es necesario dotar a la sanidad pública de más camas de "menor intensidad asistencial". "Eso no quiere decir que sean camas hospitalarias baratas, sino camas con objetivos asistenciales diferentes, orientadas preferentemente a la atención de los mayores con problemas de salud y que presentan una clara dependencia funcional", añade.

Muchas camas de hospitales de agudos están ocupados por enfermos crónicos

Calvo detalla que "un altísimo porcentaje" de la población hospitalaria ingresada (aproximadamente el 50% es mayor de 65 años) presenta problemas crónicos de salud, principalmente de tipo degenerativo, como demencias, artrosis, osteoporosis, cardiopatías y neumopatías, o de evolución crónica (Parkinson, accidentes vasculares cerebrales, arteriopatías periféricas, diabetes, depresión, etcétera). "Lo importante en los mayores va a ser cuidar en la convalecencia, rehabilitar las limitaciones funcionales e intentar conseguir la mejor funcionalidad para que vuelva a su domicilio".

Calvo apunta que es urgente desarrollar una red de atención sociosanitaria adecuada a la sociedad actual, que debe contar con más camas hospitalarias de media estancia (rehabilitación, convalecencia o cuidados paliativos), camas de atención sociosanitaria y de atención psicogeriátrica. "La red residencial esta desarrollada y falta dotarla de la estructura sanitaria suficiente para que esté bien capacitada para atender a una población dependiente y de larga estancia, con importantes cuidados de enfermería", apunta. Así, resulta evidente, en su opinión, que se debe aumentar la financiación con relación a las posibilidades económicas de la comunidad autónoma y de su Producto Interior Bruto (PIB).

En una sociedad envejecida, Osakidetza debe contar con la geriatría como especialidad. La falta de geriatría en la cartera de servicios de Osakidetza demuestra "una cerrazón" de la Administración hacia una especialidad desarrollada en el resto de España y de Europa. "La geriatría no debe atender a todos los mayores, ni muchísimo menos, sino a aquellas personas que tienen problemas de salud", que generan dificultades de atención en la medicina y enfermería tradicionales, resalta Juan Calvo. "Estos pacientes precisan de una atención multidisciplinar y otro tipo de orientación", apostilla.

Por eso, el presidente de Zahartzaroa concluye que se impone en el Departamento de Sanidad un cambio ideológico y una reorientación de la atención a los problemas crónicos de salud, que son los más prevalentes en la sociedad actual.