Polanski llega al final del túnel
La acusación de violación que pesa sobre el director hace 30 años se archivará si se presenta ante el juez
Con su huida de la justicia en 1978 se ganó no poder volver a poner un pie en EE UU. Pero los días como prófugo de Roman Polanski podrían estar contados. Un juez californiano se negó el pasado martes a desestimar el caso abierto hace más de 30 años contra Polanski por violación, ya que consideró que mientras el director mantenga su condición de fugitivo sus manos están atadas. Sin embargo, el magistrado Peter Espinoza aseguró que reconsideraría la sentencia si el director comparece ante su corte.
El giro a la historia se encuentra en un documental de la cadena HBO, Roman Polanski, Wanted and Desired (Roman Polanski, querido y deseado), emitido el año pasado en EE UU, que prueba que el juez -ya fallecido- que condenó a Polanski incurrió en mala conducta profesional al violar los acuerdos alcanzados con los abogados del cineasta.
Polanski se declaró culpable en 1977 de haber mantenido relaciones sexuales en la casa del actor Jack Nicholson durante una sesión de fotos con una niña de 13 años. Y negoció con el juez Laurence Rittenband que los cargos probados de violación y sodomía quedarían fuera de los tribunales. Como parte del pacto, pasó 42 días en la cárcel.
Pero el juez Rittenband tenía una personalidad ávida de notoriedad y emprendió una caza de brujas contra el marido de la malograda actriz Sharon Tate, brutalmente asesinada cuando estaba embarazada de ocho meses por los seguidores de la secta de Charles Mason. Rittenband se entregó en cuerpo y alma al circo mediático que suponía una historia tan morbosa y cambió de opinión: dictó una orden de busca y captura contra el director, al que pretendía hacer pagar sus excesos con años de prisión. Fue entonces cuando Polanski decidió huir.
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