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Elecciones 1M

Seguridad, en campaña

No podía faltar en la campaña electoral. Uno de los asuntos estrella de la legislatura ha sido la seguridad de los ertzainas. No sólo porque los terroristas de ETA llevan exactamente desde el 11 de noviembre de 2007 buscando poner de luto a la policía vasca. Ese día, el comando Vizcaya, liderado entonces por Arkaitz Goikoetxea (ya detenido) y Jurdan Martitegi (huido), colocó la primera bomba trampa que pretendía llevarse por delante a un agente vasco. Luego han seguido otras, en febrero de 2008 en un repetidor del monte Arnotegi de Bilbao dirigida contra los artificieros de la Ertzaintza, o el pasado 31 de julio en el Puerto viejo de Algorta. Y cada vez más sofisticadas, como la doble trampa con 18 kilos del potente explosivo amonitol junto a otro repetidor en un monte de Hernani. Los txapelgorris son una obsesión para ETA e Interior lo sabe: "No cabe duda de que están dispuestos a utilizar cualquier método con la finalidad de alcanzar su objetivo y causar el mayor daño posible a la Ertzaintza", reconocía la jefatura policial en una de las tres alertas internas en las que se advierte de la posibilidad de "un gran atentado". Con ese telón de fondo, el principal sindicato de la policía vasca, Erne, se manifestó la semana pasada frente a la Lehendakaritza, recriminando a los responsables de Interior por su desidia ante la "falta de seguridad" de los agentes.

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La Ertzaintza se juega su modelo policial

Como un resorte, Interior acusó a la central mayoritaria de la Ertzaintza de "entrar en campaña electoral" como "ya hizo en 2001". Y recordó a los que protestaban, pancarta en mano y con las caretas del consejero de Seguridad, Mikel Legarda -un clásico en la crítica y la chanza made in Erne- que hasta el momento el Gobierno vasco ha invertido más de 134 millones de euros en materia de seguridad de los ertzainas. Todo pareció como un dejavu con ribetes de impostura. Pero la amenaza etarra sigue ahí. La policía ha decidido estar "muy presente" en las calles, incluso desde antes de que se iniciara oficialmente la campaña. Y con métodos inusuales, como potentes controles en las carreteras vascas semejantes a los que habitualmente realizan los grupos antiterroristas de la Guardia Civil. Aún quedan mucha campaña y toda seguridad es poca.

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