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Movilización de los partidos
Columna
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With the workers

Hay imágenes de derechas y de izquierdas. Por ejemplo, una cacería es asunto muy de derechas, sobre todo si es una de bichos con cuernos. Dentro de las cacerías las hay más populares, las de perdices y conejos, y más aristocráticas, las de mamíferos. La cacería es un reducto de la derecha española donde se dirimen de siempre negocios y conspiraciones. Sobre todo las cacerías en Andalucía. Por eso llama tanto la atención ver a un ministro socialista en una cosa así. Sin ir más lejos criticamos a los dirigentes del PP que andaban de cacería durante el Prestige. Por otro lado, resulta de una derecha cateta ponerle nombres ingleses a las empresas: Rialgreen, Orange Market, Special Events , Down Town Consulting o Easy Concept. Máxime si están dirigidas por tipos con gomina y puro con colegas en el más rancio aznarismo, asistentes a aquella boda que tanto en España dio que hablar, la que tan bien retrató el grupo Animalario en su genial Alejandro y Ana. Lo que España no pudo ver de la boda de la hija del Presidente. Todo lo que pasaba en la obra de teatro se ha visto confirmado por los hechos: los negocios, la corrupción, el compadreo entre el poder político y los empresarios. Andalucía, como no podía ser de otra manera, no ha quedado al margen de toda esta escenografía tan de derechas. Toda la parafernalia que retrataron los cómicos resulta que estaba extraída de la realidad como si fuera una crónica periodística.

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Luego está una imagen de izquierdas que es la gente descamisada y la manifestación. Como si fuera extraído del cuadro de Giuseppe Pelizza da Volpedo Il cuarto estato que sirvió de icono para una generación. Es la escenografía de la movilización callejera, de la gente que reclama frente al poderoso. Esta imagen la quiere para sí el PP. Arenas no sabía cómo sacar el cuello ante los graves problemas que nos ha traído esta crisis, no sabía cómo aparentar preocupación y ha descubierto las viejas técnicas de la izquierda. En un pequeño oxímoron creo que ha sido Valderas el que ha llamado a la movilización de ayer "la revolución de las corbatas". Formas de izquierdas para una movilización de la derecha. Es probable que todo tenga que ver con que en el fondo Arenas no tiene ni la más remota idea de cómo salir de esto, como no la tiene nadie desde Obama a Chaves, pasando por Zapatero, Camps y Esperanza Aguirre. Pero lo importante, por lo que se ve, no es tener ideas sino aparentar que se lucha por la gente. Se desconoce por completo qué programa promueve Arenas, más allá del mantra de la austeridad y la bajada de impuestos. Nada se dice de qué gastos se van a recortar con la austeridad y qué políticas se van a suprimir con los ingresos que deje de recibir la Junta por una bajada de impuestos. Por supuesto nadie ha probado que esa fórmula tan de derechas y tan simplista sirva para algo más que para desproteger a los más humildes. Cuando el PP afrontó una crisis lo hizo con la congelación salarial y el decretazo. Ahora estamos en una crisis tal que nadie sabe cómo salir de ella. Nadie tiene fórmulas ciertas salvo Arenas. Una vez concluido el aquelarre es posible que el acuerdo propuesto por el presidente de la Junta pueda llevarse a cabo. Ya no será necesario mantener la indignación de los propios porque ha pasado la manifestación y quizás convengan unas dosis de sentido de estado para completar el cóctel. La rebelión de los seguidores del PP lo es a todo lo que huela a socialista y Arenas nunca se olvida de los suyos. Es verdad que hay 850.000 razones para protestar. Es verdad que la crisis puede ir a peor. Pero no es menos verdad que quienes se beneficiaron de los años buenos fueron esas empresas con nombres en inglés, esos que se reunían en Becerril para pastar en las praderas del poder que abría el yernísimo. Se desconoce la receta Arenas, más allá de atizarle a Chaves y al partido socialista. El PP de Andalucía es el único partido de derechas de Europa que se manifiesta en la calle y llama a la rebelión.

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