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'All Star' de la NBA
Columna
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Vender la moto

Como espectador, nunca he sido muy aficionado a los partidos del All Star. Siempre me han gustado más los partidos "de verdad", en los que los equipos contendientes se juegan algo más que el prestigio individual.

No obstante, hay que comprender a los aficionados, que son menos capaces de apreciar una buena defensa y disfrutan con acciones espectaculares aunque éstas cuenten, casi, con la colaboración de los oponentes.

Desde la vertiente de entrenador, me gusta menos aún porque provoca, en ocasiones, confusión en los jugadores, que tienen la tentación de hacer ese estilo de juego en competición y cuesta trabajo reconvertirlos tras ese tipo de partidos.

Sin embargo, los partidos de las estrellas tienen un simbolismo que hay que saber valorar. La organización se interesa mucho y consigue que estén los mejores. Desde ese punto de vista, estoy encantado porque Pau Gasol está entre los mejores del mundo y por haber conseguido ser seleccionado para el All Star de la NBA. Era una de mis ilusiones cuando entrenaba a Pau y veía sus progresos.

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"He cambiado muchísimo"

Eso que acabo de expresar no contradice, en absoluto, la postura contraria que mantuve cuando se produjo la temprana incorporación de Pau a la NBA. Una vez que ésta tuvo lugar, me gustó que triunfase en sus inicios, aunque posteriormente han transcurrido unos años poco interesantes. Últimamente, con el fichaje por Los Angeles Lakers, ha retomado una línea de la que poder sentirse orgulloso, jugando a un alto nivel, siendo un jugador muy importante de su equipo y jugando el All Star.

En muchas ocasiones es fácil vender la moto para que el gran público viva engañado en relación a lo que parece que es lo mejor, aunque a la larga la verdad se imponga. Lo peor de todo esto es el perjuicio que supone para el baloncesto del resto del mundo, que parece mucho peor de lo que es comparándolo con la NBA, que tiene un gran marketing. Aunque los hechos demuestran que los jugadores formados fuera de Estados Unidos cada vez son más en número y en importancia que hace algunos años en la competición norteamericana. Lo mismo sucede con los resultados de los Campeonatos Mundiales y los Juegos Olímpicos comparados con el dominio abrumador que había por parte de EE UU hace más de una quincena de años.

Me alegro también por Rudy Fernández, que ha jugado el All Star de los novatos, no tanto por el partido en sí, sino por lo que representa en su valoración como jugador. Asimismo, su participación en el concurso de mates es un reconocimiento a una de sus cualidades, pero él sabe que lo verdaderamente valorable no es hacer un mate muy bonito en un concurso, sino conseguirlo, como él, en los partidos con jugadores oponiéndosele. No es un jugador especialista ni en los mates ni en los triples, sino que es capaz de abarcar muchos aspectos del juego de forma sobresaliente: ser buen defensor, buen pasador y penetrador además de otras cualidades muy importantes.

Me satisface que otro de los nuestros, Marc Gasol, participe en el All Star. Tengo una gran opinión de él por su talento, ambición y comportamiento. Le auguro un gran futuro en una posición, la de pívot, en la que escasean los buenos jugadores.

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