"He cambiado muchísimo"
Pau Gasol, bandera del momento histórico del baloncesto español, dice estar "mucho mejor que el año pasado" y decidido a brillar en la batalla entre el Este y el Oeste, entre Kobe Bryant y LeBron James
Su enorme mano izquierda está llena de rasguños y alguna pequeñísima pero visible herida. Son los gajes del oficio de un jugador que se las ha tenido bajo los aros con Garnett, Perkins, Ilgauskas, Varejao y LeBron James en los últimos días. Llega enfundado en un chándal de color gris y la camiseta del mismo color con la inscripción All Star en el pecho y, tras saludar a los periodistas españoles, a los que no veía desde hace tiempo, se sienta a una de las mesas redondas de un inmenso salón de la tercera planta del hotel Sheraton, de Phoenix. Por ellas se distribuyen todas las figuras de la NBA: Kobe Bryant, ahogado por cantidad de cámaras y periodistas; LeBron James, repartiendo regalos a sus compañeros mesa por mesa; Paul Pierce, cámara en ristre, grabando a quienes le graban.
"Tengo mano de 'cuatro' y físico de 'cinco'. Se me da bien cambiar de posición"
Fisher, presidente del sindicato de jugadores, se pasa a saludar a Gasol a voz en grito. El pívot español es uno más entre los mejores jugadores del mundo. Lo asume con naturalidad, consciente de lo grandioso que es afrontar el segundo All Star de su carrera -en la madrugada de hoy a mañana (2.30, Cuatro y Canal + Deportes) disputa el partido de las estrellas-; hacerlo como figura de los Lakers, el equipo que lidera la mejor Liga mundial, y con un mensaje claro en la mente: disfrutar de la ocasión, apelar al reconocimiento español en la meca del baloncesto mundial y transmitir el legado de manera que las jóvenes generaciones se inspiren en los jugadores de casa, que han demostrado que es posible hacer realidad los sueños.
"Me llena de orgullo el momento por el que atraviesa el baloncesto español y es importantísimo reconocer lo meritorio de esta situación. Hace sólo unos años era impensable algo así, que tres jugadores estuviéramos en el All Star. Deseo que sirvamos de inspiración y de motivación para otros. Una de las cosas que reconfortan es que los chavales vean que ya es posible llegar a la NBA y destacar. Yo, cuando era pequeño, veía que era imposible. Es una suerte que los jóvenes puedan colgar de su habitación nuestros pósters de la misma forma que, cuando yo empezaba, colgaba los de Michael Jordan o algunos jugadores contra los que ahora compito". La NBA sigue siendo la élite, pero ha dejado de ser otro planeta.
El sueño de Gasol, ahora, ocho años después de que aterrizara en Memphis, diez años después de que debutara en la ACB con el Barcelona, es ganar el anillo de campeón de la NBA: "Cada vez tengo más experiencia. Aprendes a dosificarte, a cuidarte. He cambiado muchísimo. Me siento muy bien, mucho mejor que el año pasado. Entonces, físicamente, no me encontraba como ahora. Y me motivo muchísimo. Estoy más motivado que nunca. Mi meta y mi sueño es el anillo. El año pasado ya estuvimos a un paso y ahora hemos madurado". Se refiere a los Lakers después de la final de la temporada pasada, perdida contra los Celtics de Boston. "Los partidos que hemos ganado hace poco a Boston fueron muy importantes porque en las finales no logramos ganar allí y, antes de que llegara yo al equipo, también se habían perdido dos partidos ante ellos. Ahora estamos más convencidos y mejor preparados. El año pasado fue todo inesperado y un poco a la carrera. Estamos mejor psicológicamente para afrontar la final", conviene.
Inevitablemente, surge el asunto de la lesión que mantendrá a Bynum de baja durante unos dos meses más: "Ha sido una lástima porque estaba en su mejor momento de forma. Pero el equipo tiene mucha profundidad. Yo me he familiarizado más con el sistema. Me siento mucho más cómodo. Paso a jugar de cinco a cuatro y a la inversa con mucha naturalidad. Se me da bien cambiar de posición. Tengo suficiente mano para jugar de cuatro y físicamente puedo competir de cinco. Estoy jugando más minutos que nunca y mi protagonismo ha crecido en estas últimas semanas. No creo que tengamos que hacer fichajes. Tenemos el mejor récord de la Liga, aunque Mitch Kupchak [director general de los Lakers] sabe lo que tiene que hacer".
Pero antes de regresar al estresante campeonato -"cada partido es una batalla porque todo el mundo quiere batir a los Lakers; se motivan, se llenan los pabellones y debes rendir a gran nivel", constata-, Gasol desea disfrutar a fondo. Está haciéndolo ya de un All Star que en 2006 le dejó una sensación a medias porque tuvo que guardar cama a causa de una amigdalitis y sólo la abandonó para jugar el partido muy mermado. No logró anotar ningún punto, aunque fue el máximo reboteador del encuentro con 12 capturas. Esta vez espera que la historia sea muy diferente en un duelo planteado, de entrada, como otra batalla entre su compañero Kobe Bryant y la estrella de los Cavaliers de Cleveland, LeBron James.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.