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Reportaje:

Todos quieren vestir a Pe

Nadie duda en Hollywood de que la ganadora en la alfombra roja de los Oscar será la española

Con o sin Oscar, Hollywood da ya a Penélope Cruz como ganadora. Quizá también se lleve la estatuilla aunque en la categoría de mejor actriz de reparto nunca hay nada seguro. Pero nadie duda de que en la alfombra roja será la reina de la gala.

La actriz no sabe o no quiere decir cuál es su modelo elegido, pero las apuestas se suceden intentando adivinar quién se encargará de vestir a esta belleza española. "La podría vestir todos los días", sentencia Óscar de la Renta al referirse a la estrella a la que atavió de amarillo en los Oscar de 2005.

En 2007 Penélope prefirió los tonos rosas de Atelier Versace, acompañados de unos pendientes de Chopard y un bolso de mano de Swarovski para la que fue su primera candidatura al premio. Era más fácil adivinar su elección cuando tenía un acuerdo exclusivo con Ralph Lauren, firma que la se vistió en los Oscar de 2000 y 2001.

Las actrices tienen que adelantar la altura de los tacones que lucirán

Este año los entendidos apuestan por Dior, todavía enamorados del traje negro que lució hace un año. Pero los labios de la actriz están sellados. En las últimas alfombras de esta temporada se ha decantado por Chanel, de cuya tienda en Los Ángeles se le ha visto salir estos días.

No es la única que calla. La Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas también guarda celosamente las sorpresas preparadas para una ceremonia, en busca de mejorar su audiencia. Pero nada es secreto en Hollywood y representantes de varias de las grandes estrellas se han chivado. La Academia ha solicitado a sus clientes que se abstengan de pasar por la alfombra roja si van a entregar algún premio para que el público pueda ver por primera vez sus modelos en el escenario.

Los candidatos como Penélope Cruz, Kate Winslet, Robert Downey Jr. o los esperados Angelina Jolie y Brad Pitt seguirán desfilando por la pasarela de moda más larga del mundo, pero no así el resto de las estrellas invitadas.

La idea será del gusto de Meryl Streep, Jack Nicholson, Sean Penn o Javier Bardem, actores que siempre dejan claro su disgusto con esta parte de la ceremonia. Pero los modistas, joyeros y otros diseñadores están que trinan, entre ellos, la casa Olympians, encargada de vestir a Natalie Portman, o el joyero Neil Lane, que cedió a Jolie los pendientes de cinco quilates que lució en los Globos de Oro. Preocupado por la pérdida del mejor escaparate del mundo, el joyero resumió despechado: "Ahora el Oscar tiene que competir con el glamour".

La Academia ofrece sugerencias de moda a sus invitados, entre ellas las creaciones de diseñadores locales como Alan del Rosario o María Pinto, favorita de la primera dama estadounidense, Michelle Obama. Pinto es la encargada este año de uniformar a las azafatas de la organización encargadas de guiar a los emocionados ganadores fuera del escenario. A Melissa Leo, candidata como mejor actriz por Frozen River, más que el vestido le preocupa estar en forma, y un equipo de masajistas y nutricionistas la ayudan a conseguir un buen tipo "de forma sana, sin botox ni liposucción".

"Yo todavía no tengo vestido, pero tengo claro que quiero algo cómodo y a la moda", proclama Taraji P. Henson, rival de Penélope Cruz por el filme El curioso caso de Benjamin Button. Tras lucir un modelo rojo de Marchesa el pasado año, la candidata a mejor actriz por La boda de Raquel, Anne Hathaway, ha confesado que este año huirá de lo entallado: "Son muchas horas sentada".

La indecisión es normal hasta el último minuto y la diseñadora Georgina Chapman, de Marchesa, reconoce que es habitual trabajar en más de un modelo para la misma actriz. Lo que no menciona es la moda del spanx, nombre moderno para algo similar a una faja y que ayuda a esculpir esos cuerpos de estrella. Hasta tal punto están de moda en Hollywood que Sandra Bullock sugirió que en estas galas se proporcione un servicio que ayude a las estrellas con el spanx cuando tienen que ir al baño.

"Nunca te puedes preparar del todo", resume Amy Adams, candidata como mejor secundaria por La duda. "Lo único que aprendí es a sentirme cómoda con mi propio calzado", añadió. Eso es lo que la Academia quiere de sus estrellas. Que vistan como quieran, pero que proporcionen por adelantado la medida exacta de los tacones que van a lucir para colocar el micrófono a la altura adecuada.

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