El PNV resalta la experiencia como su principal valor
Urkullu: "Superaremos marco y competencias si es preciso"
"Ibarretxe es garantía". Con esa frase, que se enmarca perfectamente en el lema general de campaña, "Ibarretxe, ahora más que nunca", el presidente del PNV, Iñigo Urkullu, apoyó anoche en Vitoria a su candidato a repetir en Ajuria Enea. Fue la apertura a una campaña plenamente focalizada en él y de alto tono personalista, tanto en la estética como en el discurso.
Junto a las virtudes personales de compromiso, honestidad y eficacia que atribuyó a Ibarretxe, Urkullu puso en valor el carácter de "partido experimentado" del PNV. Otros, dijo, en referencia al socialista Patxi López, ofrecen "la confianza de un billete de bonoloto", pese a que se han procurado ya "una ventaja" antes de llegar a las urnas, en alusión a la ilegalización de las listas de la izquierda abertzale. Urkullu les instó a que "se descaren y dejen de esconder el pacto con el PP y UPyD".
Urkullu ensalza a Ibarretxe como "el 'lehendakari' del progreso"
Urkullu no entró a rebatir el ataque que la víspera dirigió el PSE a la línea de flotación de la campaña peneuvista, descalificando la gestión del Gobierno, donde Ibarretxe y el PNV se sienten fuertes, como "mala, despilfarradora y corrupta". El presidente del partido animó a "contrastar" programas, experiencia y autonomía de actuación y prometió superar "marcos y competencias que cierren nuestro camino" si es preciso.
Los peneuvistas celebraron una fiesta previa en una discoteca de Vitoria, desde donde acompañaron a candidato y dirigentes a la plaza de la Virgen Blanca, donde Ibarretxe tenía previsto dirigirse a los asistentes a medianoche. Urkullu, que le precedió, le definió como "el lehendakari del progreso, de la solidaridad, de la renta básica, de los complementos a las pensiones de la viudas, de la igualdad, del diálogo". "Y va a seguir siendo el lehendakari de la reactivación económica", añadió.
Ibarretxe es candidato en una circunscripción en la que se da por seguro que resultará batido por el PSE-EE . Tanta confianza tiene este partido en ello que su candidato, Patxi López, renunció a encabezar la lista alavesa, dejándola en manos del secretario provincial, Txarli Prieto.
Ibarretxe intenta ser lehendakari por cuarta vez. Pero el desgaste con que acude a estas elecciones le pone más cuesta arriba el resultado, pese a haber protagonizado en 2001 la hazaña de superar en 25.000 votos la suma de PP y PSE. Su riesgo es la desmovilización del electorado nacionalista, ante la inexistencia de una amenaza frentista como entonces, y la fragmentación de la oferta entre cuatro partidos.
Incluso si gana, Ibarretxe parece más lejos que nunca de poder cumplir su aspiración más frustrada desde que fue elegido por primera vez en 1999: gobernar con una mayoría suficiente, que le libre de la precariedad en que se ha tenido que mover en sus tres mandatos y le permita coronar sus promesas autodeterministas.
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