¿Cara o cruz?
Tras tres días de entrenamiento en el Circuito de Jerez con el nuevo Renault R29, la escudería gala ha cancelado las próximas pruebas, que se iban a disputar en Montmeló. Se han encendido todas las alarmas, después de que desde su puesta de largo el monoplaza que pilotará Alonso esta temporada haya estado continuamente en el último peldaño de la tabla de tiempos. Sin embargo, merece la pena analizar la situación del R29 con un poco de sentido crítico, pero sin sustos.
Hasta ahora el monoplaza de Renault ha realizado muy pocas pruebas y hoy ha sido el primer día completo en condiciones de seco y con temperaturas cálidas del que ha disfrutado Alonso para probar su arma para 2009. Además, una de las grandes revoluciones de este año, el KERS, un sistema de recuperación de la energía cinética que yo propuse en 2005, se estrenaba precisamente en Jerez y por tanto lleva en el coche únicamente desde el martes. A las condiciones meteorológicas y a los nuevos sistemas que se acaban de empezar a probar en el R29 se suma una serie de problemas mecánicos que ya afectaron a Piquet, compañero de Fernando en Renault, en la primera prueba en Portimao (Portugal) y que también hicieron que en el primer día de entrenamientos en Jerez el brasileño rodara apenas 30 vueltas cuando ayer Alonso completó 133. Hay que señalar que los problemas en las pruebas de Jerez, localizados sobre todo en el eje delantero del R29, no se produjeron en ninguno de los nuevos sistemas que se estaban ensayando (KERS principalmente).
Conviene recordar que los problemas mecánicos habituales en un nuevo coche (suspensión, frenos, motor, etcétera...) son muy frecuentes en los primeros entrenamientos con un monoplaza que se estrena. El único coche Renault que prácticamente no sufrió problemas mecánicos iniciales fue el R26, con el que Alonso ganó su segundo título mundial. Sin embargo, su predecesor, el R25, un coche también ganador, sí tuvo varios fallos en los entrenamientos invernales de pretemporada.
El hecho de que Renault decida no entrenar en Montmeló en los próximos días, como inicialmente tenía planeado, tiene como único objetivo tener más tiempo para comprender y arreglar los problemas que han surgido hasta ahora, para aprovechar más las siguientes tandas de entrenamiento antes de la carrera inaugural en Australia (29 de marzo). Los días que la escudería pierde en Barcelona los recuperará, según sus planes actuales, con un entrenamiento adicional antes del primer Gran Premio. Por otro lado, no olvidemos que en los entrenamientos las escuderías juegan al póquer y no muestran todas sus cartas. Esto no significa que los tiempos del R29, en el entorno de uno a dos segundos por detrás de McLaren o Red Bull, no se deban también a los diversos problemas actuales del monoplaza. Para ilustrar que las pruebas invernales puedan ser un espejismo, ahí tenemos el liderato ficticio de Toro Rosso, que corre con un coche de 2008 (aunque simulando la carga aerodinámica de 2009). Otros equipos han marcado sus mejores tiempos cuando no llevaban instalado el KERS (unos 25 a 30 kilos menos de peso, es decir eran entre 0,8 y 1,2 segundos más rápidos por vuelta).
Uno de los retos que afectan de verdad a todos los equipos es comprender mejor los nuevos neumáticos lisos o slicks, ya que entre otros factores, ha habido pocos días en seco cuando apenas quedan 12 jornadas de pruebas antes de Australia. Lo importante para el R29 es lograr entender lo que ha ocurrido y asegurar que es un monoplaza fiable y, sobre todo, predecible que los ingenieros puedan ir optimizando para mejorar su rendimiento en carrera. Alonso y Renault ya han lanzado su moneda esta temporada, ¡y esperemos que salga cara!...
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