"Encontrar trabajo a los 50 no es fácil"
Desde hace dos días en Berlín no se habla de otra cosa que de la edad de una mujer: Michelle Pfeiffer. La actriz cumplirá 51 el próximo mes de abril y acaba de presentar en la Berlinale Chéri, dirigida por el británico Stephen Frears, película en la que también planea el asunto de su edad.
Basada en una novela de Colette y ambientada en el París de la belle époque, la actriz interpreta a una mujer de 40 años, ex prostituta de lujo, que un día se enamora perdidamente de Chéri (Rupert Friend), hijo mimado de una amiga (Kathy Bates), un chico joven e inmaduro que, inevitablemente, le dará muy mala vida. "El paso del tiempo es algo que afecta a ambos personajes", dice la actriz.
Pfeiffer reconocía ayer ante un grupo de periodistas que, a sus años, la profesión se complica: "Encontrar trabajo a los 50 no es fácil". El día anterior, en la rueda de prensa posterior a la proyección del filme, aseguraba que, sin embargo, cumplir años había sido para ella -como mujer- liberador. "La edad te hace sentir más gratitud por aquello que tienes. Hay quien dice que llegar a los 40 es liberador. Que se esperen a los 50, y verán".
La actriz ya había pasado, esta vez en la comedia romántica El novio de mi madre, por la piel de una mujer madura que se enamora de un hombre más joven. Y bromea: "Está claro, cuanto más envejezco, más críos son mis compañeros de reparto". Con vaqueros y una camiseta ligeramente escotada, la actriz lleva unas grandes gafas que resaltan sus célebres ojos. No deja de bromear, ya sea imitando la manera de hablar de Stephen Frears o discutiendo con ganas sobre Chéri. Pero cuando las preguntas tocan su vida privada se distancia como si no fuera interesante o no tuviese que ver con ella. "En Hollywood, como en todas partes, encontrar un trabajo después de que ya has tocado techo y has ganado tu mejor sueldo no es sencillo", afirma.
La actriz explica que para mantener su aspecto se limita a hacer lo "normal": comer bien, no fumar, no salir mucho y hacer gimnasia. Y al preguntarle por los cuatro años que ha permanecido alejada de los platós de cine contesta que simplemente se debió a una mudanza: "Instalarse en el nuevo sitio requirió mucho más tiempo de lo que había calculado. De repente me di cuenta y habían pasado cuatro años", explica.
Veinte años después de Las amistades peligrosas, Pfeiffer ha vuelto a trabajar con Stephen Frears: "Estaba en la peluquería y sonó mi móvil. Menuda alegría". El director de La reina, dice ella, no ha cambiado tanto: "Entonces pasaba bastante de mí, pero claro, yo no era la protagonista".
Babelia
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