Cinco galerías vascas desafían a la crisis en Arco

El ambiente de recesión económica global ensombrece los preparativos de la 28ª edición de Arco, la Feria Internacional de Arte Contemporáneo, que se celebará en Madrid del 11 al 16 de febrero próximos. Arco ha conocido momentos de euforia, con mucho dinero nuevo afluyendo al mercado del arte, años de recortes y otra vez ciclos alcistas. Sin embargo, nunca como ahora la feria ha llegado precedida por estadísticas que señalan un descenso del 17% en las ventas al cierre de 2008 en las casas de subastas de primera fila, donde en los últimos meses ha quedado un tercio de los lotes sin vender, pese a que los precios se han estabilizado. La directora de Arco, Lourdes Fernández, ya ha pronosticado que tendrán que "trabajar el doble para conseguir la mitad".

Arco ha sufrido el primer impacto de la crisis con un descenso en el número de participantes: este año acudirán a los distintos programas de la feria 238 galerías, una veintena menos que el pasado año, de 32 países. De ellas cinco - Windsor Kulturgintza, Carreras Múgica y Vanguardia, de Bilbao; Trayecto, de Vitoria; y Altxerri, de San Sebastián- proceden del País Vasco.

La crisis preocupa a los galeristas vascos, pero no hasta el punto de dudar de la rentabilidad de participar en la feria. "Para galerías periféricas, que no vivimos del pelotazo, de las compras especulativas, Arco nunca ha sido jauja. Estamos acostumbrados a hacer ejercicios de supervivencia", opina Miguel Ángel García Velilla, codirector de Altxerri. "Flota una gran incertidumbre, pero la ilusión es la de siempre. ¿Ventas? Ya se verá", apunta Petra Pérez, de Vanguardia. Ignacio Múgica, de Carreras Múgica, aporta la visión más optimista. Recién llegado de las subastas de Londres, defiende que hay compradores cuando las piezas alcanzan "precios razonables".

Con la reincorporación de Altxerri, que el año pasado no superó la criba del comité seleccionador, vuelven a acudir a Arco las cinco galerías vascas que han tenido presencia en la feria en los últimos años. La trayectoria de Altxerri en 14 ediciones consecutivas se rompió en 2008, pese a presentar un proyecto similar al que anteriormente había sido aceptado y que, en líneas generales, se repetirá este año con trabajos de Carmen Calvo, Alejandro Garmendia, Esther Ferrer, Carlos Irijalba, Christof Klute, Eva Lootz, Pamen Pereira y George Rousse. Es una suma de artistas consolidados y otros más jóvenes con los que esperan mantenerse, confiando de antemano en que los temores ante la falta de dinero en manos de particulares se compense en parte con alguna compra institucional en la que ya están trabajando.

Carreras Múgica dará protagonismo en su espacio expositivo a una pieza de Xabier Salaberria, premio Gure Artea 2008. Es uno de los profesionales del grupo de artistas más jóvenes que la galería llevará a Arco (Asier Mendizabal, Juan Pérez Agirregoikoa e Itziar Okariz, entre otros), junto a la generación anterior que representan Rita Mc Bride y Jessica Stockholder. El dibujo Bilbao Jungle, de Richard Serra, y la escultura Lo profundo es el aire (Estela X), de Eduardo Chillida, representarán a los dos autores con los que la galería ha conseguido en años pasados marcar su identidad en la vorágine de Arco.

El próximo mes de marzo, la galería Trayecto cumple 20 años, pero no quiere organizar una celebración convencional. Su director, Fernando Illana, explica que han sido tantos los cambios vividos desde que echó a andar que ha preferido mostrar una reflexión que organizar una fiesta conmemorativa. Lanzó a los artistas la pregunta "¿cuál es el tiempo del arte y la cultura en el nuevo capitalismo de consumo?" y les pidió obras como respuesta. En Arco presentará parte del proyecto Trescientos mil kilómetros por segundo (aprox.), título inspirado por la velocidad de la luz, con cajas de luz de Pep Agut, fotografías de Juan Hidalgo, Ángel Marcos, Mira Bernabéu y Joxerra Melguizo, pinturas de Aitor Lajarín y Néstor Sanmiguel, dibujos de Esther Ferrer, y esculturas de Juan Luis Moraza y Fernando Sinaga.

Windsor se enfrentará a los malos augurios que preceden a la feria con una exposición dividida en dos: 24 piezas de Jorge Oteiza y una muestra colectiva con obras de Darío Urzay, JR Amondarain, Fernando Villena, Iñaki de la Fuente, Sonia Rueda, Alejandro Garmendia, Alberto Peral e Iratxe Larrea. Las esperanzas del galerista Roberto Sáenz de Gorbea están puestas en el tirón de Oteiza y en lo que llama "la clientela propia" de la feria. "La edición de 2009 se presenta complicada, pero Arco es diferente al mercado", explica. "Existe un coleccionismo de verdaderos amantes del arte que esperan a la feria para comprar".

Vanguardia rompió en 2008 la tendencia continuista de acudir a la cita madrileña con una representación del estilo que desarrolla con su actividad a lo largo del año. Después de 20 años en la feria, aceptó la invitación para participar en el programa Expanded Box, dirigido por la especialista en media art Claudia Gianetti con el objetivo de mostrar nuevas tendencias en el uso de la tecnología en el arte.

Por una vez acudió a Arco con un sólo autor, el argentino Iván Marino, responsable de una instalación formada por nueve pantallas de ordenador que generaban imágenes a partir de determinadas reglas matemáticas. La experiencia fue positiva, pero en este año de incertidumbres su directora, Petra Pérez, vuelve al programa general, el que ocupan la mayor parte de las galerías. Marino vuelve a exponer en el espacio de Vanguardia un video creado por ordenador, en el que esta vez se ven desnudos femeninos. La selección de Vanguardia se completará con sendas instalaciones de Carlos Pazos y Mabi Revuelta, y obras de Patxi Cobo, Txaro Arrazola, Alfonso Zubiagay Chema Alvargonzález. "Crisis hay, pero también gente interesada en Arco. Nunca me habían pedido tantas invitaciones", asegura Pérez.