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Petróleo exprimido

La planta de coque de la refinería de BP de Castellón, en periodo de pruebas

María Fabra

Lo exprimen, lo exprimen y lo vuelven a exprimir. La refinería de BP de Castellón se planteó hace más de tres años cómo mantener la rentabilidad de sus instalaciones, sobrevivir adaptándose a la nueva demanda. La caída en el consumo de fuel les llevó a pelear dentro del grupo por obtener la aprobación para construir una planta que exprime aún más el crudo. Y esta semana, la refinería de Castellón ha iniciado las pruebas de la puesta en marcha de su planta de coque, tras una inversión de 304 millones de euros que la convierte en la única productora de este material en la Comunidad Valenciana.

El entramado de tuberías y depósitos de la nueva instalación supone un tercer proceso para el crudo. Del primer refino salen varios productos energéticos, con el segundo pasa lo mismo hasta un total de 110.000 barriles al día, y, ahora, la planta permitirá sacar mayor rentabilidad al 20% de fuel que aún producía la refinería, con la obtención de coque, algo parecido al carbón, que las cementeras utilizan bien como materia prima, o como combustible. El proceso consiste en poner el fuel a 500 grados centígrados para transformarlo en gasóleo, gasolina, propano y butano y obtener como producto residual el coque, que se concentra en un depósito y que luego es cortado y transportado. Cuando esté a pleno rendimiento, se pondrán en el mercado 400.000 toneladas de este producto, del que España consume unos 4 millones de toneladas que, hasta ahora, importaba en un 75%.

Las antorchas que salen de las chimeneas serán de mayor tamaño

La puesta en marcha de esta planta tendrá, como signo visible, la probable aparición de un mayor tamaño en las antorchas que sobresalen de las chimeneas de BP. "Son un elemento de seguridad fundamental en el proceso de producción, emiten de forma controlada, no representan riesgo para el personal de planta o la población circundante y son compatibles con los estrictos controles de seguridad y medioambiente que BP Oil mantiene a diario", según fuentes de la compañía.

Los contratos que la petrolera tiene firmados con sus futuros clientes, las cementeras, servirán para mantener los índices de rentabilidad de la refinería de Castellón, que en 2008 alcanzó una facturación de 6.490 millones de euros. La refinería no cuenta, de momento, con datos de beneficios sobre el ejercicio pasado, pero su rentabilidad se ha fijado en alrededor de un 5%.

El nuevo proyecto supone un cambio estratégico ya que redefine la producción. La fabricación de gasóleo pasará del 42% que supone en la producción actual al 50% y la gasolina alcanzará el 30%, frente al 25% actual. Estos productos son medioambientalmente más eficientes, según BP Oil, que ha destinado 45 millones de euros de la inversión de la nueva planta a tecnología para el cuidado del medio ambiente.

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