Tonuca viste a los 'outsiders'
Los desfiles de la tarde animan una floja jornada en la pasarela de Valencia
El arte creado al margen de la cultura oficial por personas mentalmente enfermas ha sido el disparador temático de la colección con la que Tonuca ha cerrado la segunda jornada de la Semana de la Moda de Valencia. Los outsiders son aquellos que encontraron, o al menos lo intentaron, su lugar en el mundo artístico lejos de las arterias principales de la industria. Carreras desarrolladas en carreteras secundarias. Tonuca homenajea a los artistas Donald Mitchell, Dan Miller y Judith Scott, en una colección donde la poesía, su fuerza simbólica, y el trasfondo ideológico -ingredientes principales en todas sus colecciones- no dejan indiferente al espectador. Prendas que transmiten estados anímicos y mentales. Juegos de cortes, tejidos, ataduras y detalles con infinidad de referencias, junto a un particular sentido de las formas y del color, hacen de esta curiosa colección un universo en el que convive lo elegante y lo intelectual.
Las superheroínas de Dolores Cortes, más de 'El Víbora' que de la Marvel
Por otra parte, el lujo que transmite Nona en su trabajo Tesis, no se basa en el barroquismo ni en la ostentación, sino en las formas cinceladas y limpias, la combinación de colores con buen gusto y la búsqueda de la feminidad urbana. Geometrismo en la construcción y equilibrio en los volúmenes.
Dolores Cortés se atrevió con una colección de baño para el invierno de inspiración urbana. Al ritmo punk de Ultrazorras mostró unas superheroínas de cómic más cercanas a El Víbora que a la Marvel. Combinaciones singulares de texturas y materiales con mucho contrastes.
La mañana fue otro coser y otro cantar. Jaime Piquer abrió jornada con la colección Animales inconformistas. Piquer es un diseñador dado a la experimentación de baja intensidad, pero que ha encontrado la calma estética. Y no ha salido mal parado. Siluetas con pliegues, estrechas y recreaciones geométricas, todo resuelto en tejidos contrastados de blandos y rígidos, y el uso de tejidos tecnológicos.
A continuación, Eblé presentó una colección que dejó a más de uno ojiplático. Un desfile, más que ecléctico, confuso y caótico, donde "el todo vale" pisó sin sonrojo alguno la pasarela.
El diseñador castellonense Higinio Mateu buscó la inspiración para su trabajo, Hiyab, en tierras marroquíes, una inmersión más wikipedica que conceptual. El resultado un conjunto de prendas sueltas, relajadas, en una paleta de color resuelta en rojo azafrán, rosa palo y marrón oscuro. Aunque alguno declararía una fatwa por el uso equivocado de los complementos.
A primera hora de la tarde, Paco Fortea se lanzó al futurismo. Su colección Cybernetic se resuelve en acolchados en charol, látex y tejidos naturales de lana. Y ante la precariedad del bolsillo, color en la vestimenta.
Y Encarnis Tomero llenó de colorido la pasarela con una colección muy comercial, lúdica, en una combinación de colores que era todo un movimiento sísmico en la tabla Pantone, pero con un léxico poco innovador.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.