La aventura vital y artística de Renau, en una biografía
Josep Renau "el artista, el comunista, el idealista, el pulcro publicista, el megalómano inofensivo, el padre de familia, el incombustible, el vulnerable...". Son facetas y rasgos de carácter que marcan la aventura personal y artística del pintor, cartelista y muralista valenciano (Valencia, 1907-Berlín 1982), en cuya vida y obra se ha sumergido el periodista Fernando Bellón. Josep Renau, la abrumadora responsabilidad del arte, relata a lo largo de 800 páginas la trayectoria vital de un artista que "convirtió su vida en una acción tozuda en beneficio de una causa descomunal, la creación de un hombre nuevo, de una sociedad nueva", destacó ayer Bellón en la presentación de su biografía sobre Renau.
Encargada y editada por la Institució Alfons el Magnànim, de la Diputación de Valencia, la obra "no se ha dejado llevar por los tópicos, sino que ha buscado la verdad y las contradicciones del personaje", afirmó el director de la Institució, Ricard Bellveser. La vicepresidenta del organismo, María Jesús Puchalt, subrayó que se trata de la "primera" biografía completa de Renau.
El acto celebrado en el IVAM reunió a conocedores del arte de Renau, a admiradores de su compromiso social, a galeristas y amigos. Los encargados de presentar la biografía, el autor y el público intercambiaron anécdotas del artista y rememoraron los pasajes más conocidos de su vida, como su paso por la Dirección General de Bellas Artes, desde la que pidió a Picasso que aportara un cuadro al pabellón de la II República en la exposición universal de París de 1937. Un cuadro que después fue bautizado como el Guernica, y que en un primer momento "no gustó" al Gobierno republicano, según aseguró el periodista Francisco Agramunt.
El exilio tras la Guerra Civil llevó al artista y dirigente comunista a México y luego a la desaparecida República Democrática Alemana (RDA), donde falleció. En Berlín "tenía las habitaciones llenas de alumnos", recordó el galerista Miguel Agraït. Y les transmitió hasta el final su compromiso con el arte como instrumento de transformación social, destacaron varios de los presentes.
Bellón destacó también el "legado teórico" de Renau y su ácido análisis del mercado del arte, más allá del legado en museos o los murales que se conservan en la Alemania reunificada. Uno de ellos recorre la fachada de un edificio en mal estado en Erfurt. Antiguos colaboradores de Renau advirtieron el pasado octubre del futuro incierto de la obra, protegida, en caso de una demolición del edificio. Consuelo Ciscar, directora del IVAM, depositario de los fondos de la Fundació Renau, expresó ayer su "interés por tener en Valencia" la obra si existiera esa posibilidad.
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