Los Encants se trasladarán en bloque al nuevo mercado

La crisis va mal para casi todos. Sin embargo, el mercado de los Encants de las Glòries ha visto aumentar notablemente la afluencia de visitantes en los últimos meses. Antes del inicio de las vacas flacas, el mercado recibía unas 100.000 personas cada semana. Prueba de que el negocio va bien es que casi la totalidad de los 400 comerciantes del mercado se trasladarán al futuro emplazamiento de la plaza de las Glòries. Como norma general, el traslado de los mercados municipales del alimento fresco es que desaparezcan entre el 30% y el 40% de los puestos; en el caso de los Encants no será muy superior al 5%.

Ésos son los primeros cálculos que han hecho los propios comerciantes y el Instituto de Mercados del Consistorio. Los titulares de los puestos de los mercados municipales pagan un canon anual y corren con parte del gasto cuando se hace un mercado nuevo. "Se trata de una aportación por metro cuadrado de las tiendas que, en este caso, todavía no está cerrada", explicaron fuentes del Instituto de Mercados. "Ahora el problema que tenemos es que la desaparición del aparcamiento del tambor de Glòries perjudica a los que vienen con el coche y quieren cargar", explica el presidente de los comerciantes de los Encants, Diego Escámez. La previsión es que las obras empiecen a finales de este año y acaben en 2011.

En el Bosquet -la pieza donde irán los Encants entre Castillejos, Meridiana y la propia plaza de las Glòries- ya sólo quedan unos cuantos olivos. Es un solar de unos 8.000 metros cuadrados con una pendiente que será aprovechada arquitectónicamente para la forma del mercado.

El estudio de arquitectura B720 ha proyectado un itinerario de rampas sobre las que se situarán los espacios comerciales. Las más grandes serán como pequeñas tiendas. Y habrá otro tipo, más reducidas, con habitáculos para almacenar los productos. La subasta se situará en lo que se ha configurado como una plaza central en un espacio más ordenado que el actual.

"Hemos dado mucha importancia a que el mercado respondiera a la petición de los comerciantes; que se tratara de una venta abierta, donde las personas puedan pasear, ver y comprar, como suelen ser los mercados de ese tipo en otras ciudades europeas", explicaba el arquitecto Fermín Vázquez, autor del proyecto.

Por tanto, la idea era huir del concepto de centro comercial. Los comercios se alinearán en un juego de rampas, mientras que los almacenes, la logística y un aparcamiento para 300 plazas, en el subsuelo. En el frente de Castillejos con Meridiana se situará la zona de restaurantes y otros servicios.

Será un espacio abierto pero protegido del sol y la lluvia por una cubierta -algo parecido a un gran palio- que se elevará a 20 metros de altura.