El subdelegado en Málaga minimiza los tiroteos entre mafiosos
"Los ajustes [de cuentas] suelen darse entre delincuentes y la ciudadanía debe verlo como algo lejano", afirmó ayer el subdelegado del Gobierno en Málaga, Hilario López Luna. El representante del Ejecutivo central en la provincia, en el intento de tranquilizar a los ciudadanos tras los últimos episodios violentos, restó importancia a los enfrentamientos armados entre mafias en la Costa del Sol, y calificó de "hecho aislado" el asesinato del presunto narcotraficante irlandés Richard Keogh, que el pasado sábado murió de al menos diez disparos en Benalmádena.
Pese a las palabras de López Luna, no siempre las personas inocentes salen indemnes de los enfrentamientos entre mafiosos y delincuentes. El 5 de diciembre de 2004, el niño sevillano J. M. C. C., de siete años, y el peluquero italiano C. P., murieron acribillados en los aledaños del hotel H10 Andalucía Plaza, en Marbella. Los atacantes, que dispararon 50 tiros, perseguían a otra persona en un ajuste de cuentas.
El 21 de agosto, dos personas ajenas al crimen organizado fueron heridas en una emboscada mafiosa mientras tomaban copas en un bar de Marbella. El pasado mayo, Yolanda García, una mujer de 32 años residente en la barriada de La Palmilla, una de las más complicadas de Málaga, falleciera de un disparo en el pecho cuando regresaba del supermercado.
El homicidio de Richard Keogh, de 30 años y padre de cuatro hijos, sólo es aislado por cuanto que es la primera vez que su grupo mafioso dirime sus enfrentamientos a tiros en España. Sin embargo, los tiroteos entre criminales internacionales son frecuentes en la Costa del Sol. Sólo en el mes de agosto de 2008 se produjeron tres incidentes a balazos en Marbella. En estos tiroteos resultaron heridas de gravedad siete personas.
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