Una pregunta de educación
Si hubiera podido asistir al programa de televisión me gustaría haberle hecho la siguiente pregunta al presidente: ¿cree usted que hay algún profesor capaz de dar al mismo tiempo una misma clase a todas las (100) personas que hay aquí presentes? Respuesta probable: no.
Si fuese una clase de inglés, ¿no haría usted una prueba de nivel y formaría grupos coherentes? Respuesta razonable: sí. ¿No cree, señor presidente, que hacer grupos homogéneos aumenta el rendimiento y se atiende adecuadamente a la diversidad de intereses y niveles? Respuesta coherente: sí. Esta lógica que es aplicable al inglés, ¿no sería igualmente aplicable a las matemáticas o la biología?
Entonces, ¿por qué el sistema educativo no lo tiene en cuenta y prima la edad sobre el nivel de conocimientos o intereses para hacer agrupamientos en las aulas de la ESO? ¿Por qué el alumno que quiere hacer medicina, o electrónica, tiene que ir al mismo ritmo que los alumnos que promocionan por imperativo legal? ¿Por qué la atención a la diversidad se hace en el mismo aula sobrecargando la función del profesor, en lugar de hacer itinerarios en el sistema educativo?
Un sistema integrador no tiene por qué convertir las clases en "aulas de Noé"; atender a la diversidad no es una discriminación, como dedujimos antes, y abrir itinerarios específicos aumentaría el rendimiento de aquellos alumnos que se agotan pronto en una larga secundaria obligatoria.
Si estos argumentos son razonables, el consenso no debería ser algo tan difícil de alcanzar y algunas reformas esperan largo tiempo a que los políticos no se enroquen.
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