Interior alerta de que llega un nuevo vendaval
Algunos centros escolares no podrán abrir hoy las aulas
El Servicio Meteorológico de Cataluña alertó ayer de que hoy se producirán nuevos vendavales en diversas zonas con rachas que superarán los 90 kilómetros por hora y que ocasionalmente podrían alcanzar los 126 kilómetros. El Departamento de Interior mantiene abierta la fase de alerta del Plan de Protección Civil por la entrada de ese fuerte viento, que afectará a las comarcas del litoral y prelitoral, desde Barcelona hasta el Ebro y el Empordà. El consejero Joan Saura explicó que la previsión meteorológica hace pensar que el nuevo vendaval no será comparable al del sábado.
Los daños del vendaval se notarán hoy en algunas escuelas en las que el viento se llevó las cubiertas metálicas y en las que no se podrá dar clase en unos días. Es el caso de centros de Sant Cugat, Torrelles de Llogregat, Valldoreix, Santa Margarida i els Monjos y Sant Guim de Freixenet.
Casi la totalidad de los servicios públicos recuperaron ayer la normalidad. Así, todas las líneas de Ferrocarrils de la Generalitat funcionaban correctamente y sólo una de Renfe, la de Barcelona a Móra d'Ebre, seguía afectada. El AVE también regularizó el servicio.
Suministro eléctrico
Todas las carreteras catalanas quedaron abiertas después de que la caída de árboles, señales de tráfico y vallas publicitarias obstaculizara la circulación de vehículos en unas 25 vías, la mayoría de ellas secundarias.
La mayor anomalía se seguía produciendo en el suministro eléctrico. Unos 14.000 abonados de Fecsa-Endesa de 11 municipios, básicamente del Baix Llobregat, continuaban ayer sin luz. Fecsa asegura que ha movilizado a unas mil personas para coordinar los trabajos de reparación de los destrozos y poder restablecer el servicio en las comarcas de Tarragona, el Baix Llobregat y la Cerdanya. En la mayoría de los casos se trataba de torres caídas y de árboles que afectaban a las líneas eléctricas.
Los Bomberos de la Generalitat lograron ayer controlar el incendio declarado en Bonastre (Baix Penedès), que quemó 55 hectáreas. El fuerte viento que siguió soplando en algunos puntos de Cataluña dificultó los trabajos de extinción.
Desde el viernes por la noche hasta ayer a las ocho de la mañana, los Bomberos de la Generalitat realizaron 3.477 actuaciones, la mayoría para retirar árboles y ramas caídas.
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