Un dulce pacto

La reforma de la Organización Común del Mercado (OCM) del azúcar, con recortes de cuotas y precios, se ha traducido en una serie de movimientos en la industria. La primera en mover ficha fue

Ebro Puleva, que antes de verano puso a la venta Azucarera Ebro, adquirida por

British Sugar. Acto seguido, la cooperativa Acor se movió, no para vender, sino para suscribir un acuerdo con la cooperativa francesa Tereos para crear dos sociedades conjuntas de refino y comercialización del azúcar.

Acor, ubicada en Valladolid, es una de las mayores cooperativas de Castilla y León, con más de 8.000 socios y cuya actividad histórica ha sido el azúcar. En la actualidad, en una estrategia de diversificación, tiene en marcha la construcción de una planta para la producción de 100.000 toneladas de biodiésel con una inversión de 58 millones de euros.

Tras la reforma de la OCM, la cuota de producción de la cooperativa se redujo de 170.000 a sólo 120.000 toneladas. Cerró su fábrica en Valladolid y se quedó con la de Olmedo. El recorte de la cuota también supuso la exigencia de reducir las superficies de cultivo hasta una cifra corta para las posibilidades y las necesidades de trabajo de la planta de Olmedo, concebida para 170.000 toneladas.

En el nuevo escenario, la cooperativa inició conversaciones con la francesa Tereos, que agrupa a 12.000 agricultores. Es la primera azucarera en Francia y la República Checa, y la tercera en Brasil, con implantación también en Isla Reunión y en Mozambique, con una producción de 2,8 millones de toneladas de azúcar.

En España opera desde 1988 a través de Tereos Iberia, una compañía para la importación de azúcar desde Francia y su comercialización en el mercado interior.

Estas conversaciones han cuajado con el acuerdo para la constitución de dos empresas conjuntas en el sector azucarero.

La primera decisión ha sido la de dar entrada a Acor con el 40% en Tereos Iberia. Ello supone para el grupo la posibilidad de disponer inicialmente de 240.000 toneladas de azúcar para operar en un mercado peninsular, cuya demanda asciende a 1,6 millones de toneladas. El segundo acuerdo es la constitución al 50% de una sociedad para el refino. El objetivo inicial es transformar 120.000 toneladas en 2010, con la posibilidad de aumentar la cantidad en función de las posibilidades de la oferta y las ventas en el mercado. Este azúcar bruto sería proporcionado por la cooperativa francesa procedente de Isla Reunión. La nueva sociedad requiere una inversión de unos 15 millones para adecuar las instalaciones de la fábrica de Acor en Olmedo.

En medios del sector se duda que sea rentable y competitivo refinar azúcar bruto importado desde un tercer país y además trasladado desde un puerto del norte a Olmedo, a casi 400 kilómetros en el interior. El presidente de Acor no oculta que puede encarecer el producto, pero dice que esa diferencia la puede compensar al tener cercanos los puntos de venta. Con la operación, Acor se asegura, según su presidente, mantener la actividad en Olmedo 160 días más al año, lo que se debe traducir en una reducción de los costes fijos y con ello una mejor defensa del cultivo nacional.