En busca de un universo sonoro
El grupo Never Translate mezcla electropop con sinfonismo en su primer disco
Hacer algo diferente no es fácil en los tiempos que corren, por eso Ramón Pérez, Raúl Zumaquero y Christian Castillo -integrantes del grupo Never Translate- piden en su primer trabajo discográfico que no se les traduzca ni se les busque otro sentido. La formación, autodefinida como un grupo de electropop con grandes dosis de sinfonismo, trata de crear con sus canciones un "universo sonoro diferente y propio" que les identifique con facilidad. Reconocen influencias de Pink Floid, Genesis o Mike Oldfield y cantan en inglés "por una cuestión fonética", el idioma de Shakespeare es mucho más suave que el castellano.
Su estilo -con toques de música clásica y bandas sonoras- es más propio del mercado anglosajón, al que sueñan con conquistar. De momento están en Marbella (Málaga), desde donde preparan su carrera musical. Fueron los artistas encargados de inaugurar la tienda Fnac de Málaga y hacer una pequeña gira por las tiendas de otras ciudades.
Quieren ofrecer un espectáculo que conjugue vídeo y música
El último fichaje de Never Translate es Luis un video disjockey, que "completa el mensaje" con la proyección de imágenes en los conciertos. Quieren ofrecer un espectáculo que conjugue vídeo y música, "como una ópera basada en lo audiovisual". Se trata de crear una música ambiental, con una línea de voz clásica que dé pie al intimismo y sirva como alternativa al pop y al reggaeton. "Estamos muy convencidos de que lo que estamos haciendo, nuestro proyecto es muy sólido y queremos ir con paso firme", dice Christian (29 años), compositor y bajo de la formación.
El grupo comenzó a formarse en 2005 y han tardado unos dos años y medio en grabar su primer trabajo, editado por la discográfica Chivo Records. Sus canciones abordan el amor, la honestidad, pensamientos o sueños de los que no se puede despertar. El encargado de ponerles voz es Raúl Zumaquero (36 años), un cantante lírico nacido en Torremolinos con una interesante trayectoria. Estudió en el Conservatorio Profesional 10 años y tiene la especialidad en canto. Le apasiona la ópera y la zarzuela y ha formado parte del Coro de la Ópera del Teatro Cervantes de Málaga.
Todo esto no ha impedido que se haya recorrido "hasta el último pueblo perdido" de Málaga cantando en verbenas y que pasara una buena temporada entonando canciones napolitanas en un hotel de gran lujo de Estepona. "Se puede pensar que soy un repipi mirando mi página de cantante de lírica, pero yo siempre me he visto cantando música pop, he escuchado mucho flamenco, a Elvis...", explica. La guinda la pone saber que ha sacado sus estudios musicales mientras trabaja como camionero para la empresa de limpieza de Málaga.
Los cuatro miembros del grupo tienen que compaginar sus trabajos con los ensayos y conciertos, algo que no siempre es fácil. "Para hacer los bolos hay que tomar días de vacaciones, y eso no siempre le gusta a los jefes", cuenta Ramón Pérez, encargado de los teclados y arreglos.
Todos son conscientes de que los comienzos de un grupo son duros y que la época que les ha tocado -en la que triunfan las descargas por Internet y el top manta- no es la más apropiada para un triunfo vertiginoso. "Todo depende de que una multinacional se fije en ti, y que apueste por una gran promoción, pero todo eso es muy complicado, preferimos hacerlo sin obsesionarnos con llegar a los sitios rápido", dice Ramón.
Para darse a conocer, el grupo ha apostado fuerte por la promoción en Internet. Tienen su página web (nevertranslate.com) y un hueco en myspace, donde se pueden escuchar sus temas o echarle un vistazo al vídeo del primer single, Alone in my World, rodado en el centro histórico de Marbella. Su primer disco, que lleva el nombre del grupo, se vende en El Corte Inglés y las tiendas Fnac, además de en varias plataformas digitales.
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