_
_
_
_

Los 'tories' repescan a Kenneth Clarke para ganar credibilidad

El ex ministro del Tesoro es un convencido europeísta

La crisis económica sigue marcando la agenda política británica. No sólo en el sentido de la macro-política: Gordon Brown debe su recuperación en los sondeos a su vigoroso papel al frente del país desde que estalló la crisis, aunque es probable que acabe perdiendo las elecciones precisamente por el enorme calado que está tomando la situación económica. También en la micro-política: Brown se escudó en la economía para explicar el inesperado retorno de Peter Mandelson, hasta entonces enemigo jurado; David Cameron ha dado la misma explicación sobre el retorno, ayer, del veterano Kenneth Clarke, uno de los políticos tories más lejanos al actual líder conservador.

Clarke, de 68 años, eterno desaliñado, obeso, fumador de puros (y muy vinculado al negocio como alto cargo de la British American Tobacco), europeísta, ha sido derrotado tres veces en sus intentos por liderar el Partido Conservador: siempre era el favorito de las encuestas pero nunca consiguió el apoyo del grupo parlamentario conservador. Su europeísmo -es uno de los pocos políticos conservadores que apoya el ingreso de la libra en el euro- ha sido siempre un obstáculo infranqueable.

Lleva más de 10 años retirado de la política activa, desde que dejó de ser canciller del Exchequer al perder los conservadores las elecciones de 1997. ¿Por qué, pues, Cameron ha recurrido a él?

Aunque el aparato propagandista conservador asegura que nadie está más contento por el retorno de Clarke que el portavoz conservador del Tesoro y canciller del Exchequer en la sombra, George Osborne, la realidad es que el orondo Clarke vuelve para dar credibilidad a las propuestas económicas de los tories. Su función específica será marcar a Peter Mandelson, ministro de Negocios y Empresas. Por desgracia no habrá rifirrafes parlamentarios entre los dos: Mandelson era comisario europeo cuando fue rescatado por Gordon Brown y no tenía escaño parlamentario, por lo que fue nombrado lord. Como tal, no tiene derecho a participar en los debates de la Cámara de los Comunes. Clarke, como diputado, no puede intervenir "en el otro lugar", como se denomina en la jerga parlamentaria de los Comunes a la Cámara de los Lores.

El retorno de Clarke será bienvenido por los ciudadanos que siguen la política, pero amenaza con provocar contradicciones en el Partido Conservador. Clarke no sólo no es un político reformista obsesionado por la modernidad y las formas, como Cameron. Es un hombre que ha defendido opciones opuestas a las de la dirección del partido en esta crisis económica: sugirió reducir el IVA antes de que así lo hiciera el Gobierno y ha defendido políticas keynesianas en contradicción con la oposición de David Cameron y George Osborne a aumentar el déficit público.

Y, sobre todo, es europeísta. Clarke ha aceptado no atacar la política "claramente establecida" del partido sobre Europa. Eso es fácil ahora, cuando el tema europeo está fuera de la agenda. Pero el debate sobre el euro está renaciendo y la cuestión del nuevo Tratado europeo puede volver a plantearse si Irlanda lo ratifica.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_