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Las pérdidas de RBS hunden la banca británica pese al nuevo plan de rescate

La entidad perdió 31.000 millones en 2008 y su valor cae un 96% en el año

La banca británica vivió ayer un día negro. Pese a que la jornada empezó con alzas en las bolsas al anunciar el primer ministro Gordon Brown su segundo plan de rescate de la City, los problemas del Royal Bank of Scotland (RBS) acabaron arrastrando a fuertes caídas a los grandes bancos del país. Sobre todo porque el RBS admitió que sus pérdidas en el ejercicio de 2008 pueden alcanzar los 28.000 millones de libras (casi 31.000 millones de euros al cambio de ayer) y que en las conversaciones de este fin de semana con el Gobierno se llegó a barajar la nacionalización total del banco.

El banco escocés, cuya gestión fue criticada con inusitada dureza por Brown, acabó cayendo ayer un 66% en la Bolsa de Londres y acumula unas pérdidas del 96% en los últimos 12 meses. El Lloyds Banking Group, que empezó a cotizar ayer por primera vez con ese nombre, tras absorber al HBOS, perdió un 33,4% y acumula un 83% en un año. También siguió cayendo el Barclays, que perdió un 18,5% el viernes y un 17,5% ayer y acumula casi el 82% en 12 meses. El mercado castigó incluso al gigante HSBC, que cedió ayer un 10,8% y ha perdido en un año el 37,2% de su valor.

Brown acusa a los gestores de haber asumido "riesgos irresponsables"
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El desplome del RBS revela sobre todo el temor de que el banco escocés, principal socio del Santander hasta que el banco español se estableció directamente en el mercado británico a través de Abbey, tenga que ser nacionalizado al completo. El consejero delegado del banco, Stephern Hester, admitió ayer que la nacionalización total ha sido una de las opciones contempladas este fin de semana en las conversaciones con el Gobierno pero añadió, de forma no muy tajante, que esa opción "es algo que deseamos evitar".

El Estado aumentó ayer del 58% al 70% sus acciones en el RBS al acordar convertir en acciones ordinarias los 5.000 millones de libras en acciones preferentes suscritas en el plan de rescate de octubre. El precio pactado ahora es de 31,75 peniques por acción, la mitad de lo que costaban en otoño.

El primer ministro, Gordon Brown, negó que el lanzamiento de un segundo plan de rescate signifique que el primero haya fracasado. Afirmó que el rescate del mes de octubre tenía como objetivo evitar que colapsara la banca británica -luego se supo que el RBS estuvo a punto del desplome total- y que el plan presentado ayer no tiene como objetivo hacer un favor a la banca, sino facilitar el acceso a nueva financiación a empresarios y ciudadanos particulares.

Brown tuvo palabras inusitadamente duras contra los anteriores gestores del RBS, a los que acusó de haber tomado "riesgos irresponsables". "Casi todas las pérdidas son en subprimas de hipotecas en América y relacionadas con la adquisición de ABN Amro. Ésos son riesgos irresponsables, tomados por el banco con el dinero de los británicos", dijo Brown, y calificó de "un error" la compra de ABN. El RBS admitió ayer que en el ejercicio de 2008 va a tener unas pérdidas de 8.000 millones de libras a las que ha de añadir amortizaciones de entre 15.000 y 20.000 millones de libras por la operación de ABN. En total, cerca de 31.000 millones de euros, casi el doble de las pérdidas que registró la compañía de telefonía Vodafone en el ejercicio 2006, hasta ahora las mayores admitidas por una compañía británica.

El desplome del RBS arrastró al conjunto de la banca británica y en particular a Lloyds Banking Group, que se resiste a aumentar la presencia del Estado en su capital, que ya tiene el 43%.

También Barclays cotizó a la baja a pesar de que el viernes aclaró que sus beneficios serán superiores a lo que esperan los analistas. Y también bajó, aunque de forma más moderada, HSBC, que se vio forzado a publicar una nota para aclarar que no ha pedido al Gobierno que entre en su capital y que no ve "ninguna circunstancia" que haga que lo pueda necesitar.

Gordon Brown, delante de Alistair Darling, ayer en la presentación del nuevo plan de rescate bancario.
Gordon Brown, delante de Alistair Darling, ayer en la presentación del nuevo plan de rescate bancario.REUTERS

Más recursos para empresas y consumidores

El segundo plan de rescate de la City presentado ayer por Gordon Brown y su ministro del Tesoro, Alistair Darling, se basa en facilitar el crédito a empresas y consumidores, suavizar las condiciones impuestas en octubre en la recapitalización de los bancos con dinero público y crear una especie de aseguradora estatal para que los bancos puedan asegurar posibles pérdidas futuras.

El aumento del crédito se pretende conseguir no sólo a través de la banca privada, sino directamente: el Banco de Inglaterra podrá otorgar hasta 50.000 millones de libras (55.000 millones de euros) en créditos a grandes empresas a cambio de activos.

La suavización de la entrada del Estado en el capital de la banca busca abaratar aquellas condiciones a cambio de mayor nacionalización.

Quizás lo más novedoso sea la creación de un mecanismo para que los bancos puedan asegurar contra el Estado posibles pérdidas futuras. Los expertos creen que el miedo a correr riesgos que se transformen en pérdidas es uno de los factores que mantienen bloqueado el crédito a empresas y particulares.

Según el profesor Alistair Milne, de la Cass Business School, ese es uno de los factores que explican la actual recesión y el peligro de que derive en una Gran Depresión. Y sólo los estados pueden aportar la solución porque su negocio no depende de la confianza de los inversores, sino de su capacidad de fijar y recaudar impuestos.

Pero, según explicaba ayer en la BBC, ese mecanismo asegurador sólo puede funcionar si se aplica a nivel global. Estados Unidos está ya estudiando un mecanismo similar y su expansión a otras economías será uno de los temas centrales de la cumbre de las grandes potencias económicas que se celebrará en Londres el 2 de abril.

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