Imanes que se repelen
Alicante y Elche han caminado de espaldas, pero pueden superar su divorcio
Son las dos grandes urbes de la provincia, cuya separación física apenas supera la veintena de kilómetros, aunque históricamente mantienen un enquistado y consciente distanciamiento socioeconómico y cultural. Elche y Alicante han caminado de espaldas y apenas han apostado por fomentar los elementos comunes. Expertos, urbanistas y sociólogos de ambas ciudades corroboran esta realidad y coinciden, con matices, en que hay suficientes elementos para superar este divorcio y lograr que los dos imanes, en lugar de repelerse, se atraigan. El cambio, dicen, reportaría beneficios.
Esta falta de empatía entre alicantinos e ilicitanos parece haber llegado a un punto de inflexión, tras la entrevista que la semana pasada celebraron los alcaldes de ambos ayuntamientos, la popular Sonia Castedo y el socialista Alejandro Soler. El gesto, con el nuevo planeamiento de Alicante de trasfondo, no ha pasado inadvertido. "Es histórico. Nunca (salvo cuando ambos consistorios estaban en manos socialistas) el alcalde de Alicante ha ido a entrevistarse con el de Elche. Y al revés", explicaba un veterano político alicantino.
El acercamiento beneficiaría a las dos ciudades, según los expertos
Los elementos de separación son urbanísticos y económicos
Castedo y Soler resaltaron su empeño por colaborar en proyectos de envergadura. Pero para que esta voluntad cristalice, tendrán que tener muy presente la larga lista de asuntos pendientes que han marcado el devenir en paralelo de las dos ciudades y abundar en lo común. Hay base para el entendimiento y hasta una necesidad estratégica.
Los expertos aseguran que, al margen de la anecdótica y en ocasiones virulenta rivalidad deportiva (los derbies entre el Hércules y el Elche son habitualmente conflictivos) los elementos que separan ambas realidades son básicamente urbanísticos y económicos. Así, José Ramón Navarro Vera, catedrático de Urbanística de la Universidad de Alicante, califica Alicante y Elche de "área bipolar de límites imprecisos y deficientemente articulada desde el punto de vista territorial aunque la accesibilidad no sea mala". Navarro explica esta mala articulación porque los dos polos (Alicante y su área metropolitana por el norte y Elche y la suya por el sur) se han dado la espalda. Por ello cree "excesiva" la importancia dada a una reunión que ha sido "un gesto". También recuerda que el PGOU de Alicante "carece de una reflexión territorial que enmarque el término con los problemas y realidades del resto del territorio". En este análisis coincide Antonio Martínez, director del Plan Estratégico de Elche y acérrimo defensor de un acercamiento. Martínez subraya que la separación "es principalmente física, porque ninguno de los dos planes generales ha sido capaz de diseñar y ordenar el cordón umbilical que une ambos términos".
Mientras, el sociólogo Carlos Gómez Gil pone el acento en el apartado económico. "Alicante es la capital y el centro administrativo de la provincia, pero Elche ha conseguido alimentar un tejido económico y social muy relevante". El sociólogo apunta otros factores, rayanos en el ámbito emocional, para justificar el distanciamiento. "Elche tiene más amor y orgullo hacia su ciudad, que se manifiesta en su mayor cuidado y en su herencia cultural, que es sentida por todos, mientras en Alicante hay un patente abandono hacia su ciudad, especialmente sobre el centro y barrios tradicionales".
Mientras, el ex alcalde socialista Manuel Rodríguez también insiste en que el urbanismo ha sido la clave del distanciamiento. Al margen de atávicos estereotipos culturales (Alicante ha cultivado una clase aristocrática más enraizada con el españolismo y Elche ha apostado más por la cultura y lengua autóctonas) Martínez señala que ningún mandatario ha logrado proyectos concretos para impulsar el acercamiento. Todos los intentos, añade, quedaron en el ámbito de lo abstracto. Martínez se refiere, entre otros, al proyecto de triángulo Santa Pola-Alicante-Elche, del urbanista Alfonso Vegara, redactor del plan estratégico de la provincia.
En el extremo opuesto, en los elementos de conexión entre ambos núcleos, Gómez Gil subraya la dimensión lúdica y festiva de la vida y la sociedad. "Elche y Alicante comparten un espacio metropolitano clave, así como redes muy poderosas de carácter social y económico".
Por su parte, Antonio Martínez apunta a las infraestructuras comunes (puerto, aeropuerto, feria, universidades y Cámara de Comercio) como los principales factores de unión. El urbanista considera que los servicios que Alicante ofrece como capital también han sido un importante nexo. "Alicante debe ejercer de capital y tener un modelo de puerto, contar con un gran palacio de congresos y otras infraestructuras propias, y Elche debe sumar todo su potencial. Llevamos 20 años de retraso y no podemos perder ni 20 días", receta. El ex alcalde socialista coincide al destacar estos puntos como los de mayor fuerza de cara a esta reconciliación. Y Navarro cita el área del aeropuerto y asegura que su entorno podría ser "la rótula articuladora entre los dos territorios".
La hoja de ruta para este acercamiento, que aún está por ver, tiene de nuevo un elemento de partida: el plan estratégico de la Diputación. El estudio remarca el eje Alicante-Elche como una de las claves para dinamizar la provincia. Propuesta a la que ni Castedo ni Soler hacen ascos.
Dos grandes ciudades en cifras
- Población: Alicante cuenta con 331.000 vecinos censados y Elche con 230.000. Son la segunda y la tercera ciudad más pobladas de la Comunidad Valenciana
- Economía Local: En Alicante, el 68,47% de la población trabaja en servicios y un 5,9% en industria, mientras que en Elche estos porcentajes son del 41,97% y del 39,33%
- Infraestructuras: El aeropuerto de L'Altet y la feria IFA están en Elche. Mientras, los servicios administrativos centrales de la provincia se encuentran en Alicante
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.