Arenga de Botín en Noche Vieja

Fue una arenga virtual. Y poco habitual en fechas navideñas. El presidente del Banco Santander, Emilio Botín, decidió el último día del año enviar por correo electrónico un mensaje a los principales directivos de la entidad, que de navideño tenía más bien nada. Botín acompañaba la carta, que salió a la una de la tarde (hora española) a las direcciones de los más de 400 ejecutivos con puestos de responsabilidad de todo el mundo, con una imagen suya de cuerpo entero y una despedida que recoge "un abrazo" y su firma escaneados.

El discurso es breve, pero directo. El banquero, tras reconocer 2008 como "el año más complicado para la banca internacional en las últimas décadas", combina los mensajes de aliento a la tropa con sus obligaciones profesionales. En el más puro dogma del Arte de la guerra de Sun Tzu que tanto le gusta, destaca primero los triunfos (del banco durante el ejercicio) en el campo de batalla y después prepara para la lucha (en el nuevo año).

"Vamos a estar entre los tres primeros bancos del mundo por beneficios en 2008; nos hemos situado entre los líderes en mercados estratégicos como Brasil y Reino Unido, y hemos entrado en banca comercial en Estados Unidos; reforzamos nuestro core capital [riesgos asumidos en relación a los recursos propios] hasta el 7% con una ampliación de capital histórica; nos situamos como el séptimo del mundo por valor en Bolsa y nos mantenemos como el primero de la zona euro", destaca Botín.

Y después predica: "Tenemos grandes retos por delante, pero los afrontamos con la tranquilidad y confianza de contar con los mejores profesionales de la banca internacional y con un modelo de negocio que nos permite generar buenos resultados y seguir creciendo de forma recurrente, tanto en los buenos como en los malos tiempos: mantenemos el foco en el cliente, somos prudentes en la gestión de riesgos y tenemos una cultura de costes y una plataforma tecnológica que nos permiten estar entre los bancos más eficientes del mundo. Cuento contigo para que Banco Santander supere, un año más, todos sus objetivos". Lo que preocupa a Botín es el control de los riesgos a la hora de dar créditos y que no se dispare la morosidad. El objetivo es quedarse por debajo de la mitad del sector, que algunos sitúan en el 6% para el año.

No habla de cifras en ningún momento; pero a estas alturas parece claro que los beneficios de 10.000 millones de euros que se había fijado para 2008 no se van a alcanzar. Lo que no es poco si se miran las pérdidas que se anuncian por ahí (Deustche Bank, Bank of America, Citi...). El banco tiene previsto publicar sus resultados el 5 de febrero. El logro de esa cantidad habría supuesto un crecimiento de casi el 20% sobre los 8.111 millones que tuvo de beneficio ordinario en 2007 y del 10% sobre los extraordinarios (9.060 millones). Los situará por encima de esta cifra. Según fuentes consultadas, el banco podría llegar a esa cifra redonda; pero se imponen los criterios de prudencia, entre otras cosas porque así lo ha recomendando el Banco de España y porque tampoco está bien visto en estos momentos de penuria sacar mucho pecho.

Precisamente, la entidad ha destinado a provisiones los 600 millones de plusvalías obtenidos por la venta de la Ciudad Financiera de Boadilla del Monte en lugar de a beneficios. Sin embargo, no podrá contar con los 1.200 millones que esperaba por la venta de su filial de Venezuela, que se ha ido retrasando.

La política de dividendos seguirá esos mismos criterios. El banco repartirá, seguramente, la misma cantidad que el año pasado, 0,65 euros por acción divididos en cuatro pagos (dos de ellos ya abonados). El mismo dividendo repetirá también en 2009. El Santander cuenta con unos 2,7 millones de pequeños accionistas (un millón de accionistas españoles) que tienen el cobro del dividendo como un depósito a cuenta que le da mucha rentabilidad al cabo del año. A Botín le gusta cuidarles.

Es verdad, por otra parte, que la entidad se ha consolidado en 2008 entre los bancos con más beneficios del mundo y el séptimo por valor bursátil, aunque a finales del año su cotización (53.959 millones) fuera casi la mitad que un año antes, cuando se acercó a los 100.000. También que en un año de zozobra ha adquirido bancos (los británicos Allied Leicester y Bradford y el 75% del estadounidense Sovereing, además de cerrar la compra del Real en Brasil), lo que obligó a realizar tres arriesgadas ampliaciones de capital. Una por el 25% y las otras por el 2% cada una (la última debe aprobarla la junta de accionistas este mes), lo que ha aumentado sus recursos en torno al 30% y a unos 8.100 millones de acciones. -