_
_
_
_
_

Seis meses de cárcel para dos 'mossos' por trato degradante

La justicia califica la actuación de "prepotente y vejatoria"

La Audiencia de Barcelona ha condenado a seis meses de prisión por trato degradante a dos mossos d'Esquadra que golpearon a un joven al que detuvieron por error. La sentencia también impone a los agentes Nicolás Jesús Ledesma y Laura Cañas dos años de inhabilitación a cada uno y una multa de 450 euros por una falta de lesiones.

La resolución de la Sección Octava contiene diversos reproches a la actuación policial y fundamenta la condena tanto en la declaración de la víctima, como en la de una testigo que increpó a los mossos y también acabó detenida. El tribunal recuerda que la víctima renunció a los más de 3.000 euros de indemnización que solicitaba para él la fiscalía en concepto de responsabilidad civil. La víctima aclaró en su declaración que no quería nada, salvo que los Mossos "aprendan un poquito y dejen de dar la lata, que así no se puede tratar a la gente". Tampoco compareció como acusación.

Interior anuncia recurso y, al mismo tiempo, expedienta a los agentes

"Ningún atisbo de duda le ha quedado a este tribunal de las humillaciones y maltratos ocurridos esa noche", el 1 de octubre de 2006, cuando dos turistas norteamericanas explicaron a la policía que cuatro jóvenes las habían rodeado a punta de navaja y que les habían realizado tocamientos. Al final esos hechos se consideraron inexistentes, pero los Mossos d'Esquadra detuvieron a tres jóvenes a los que identificaron las supuestas víctimas. Dos huyeron, pero uno se quedó, porque no tenía de qué esconderse, según explicó en el juicio. Desde el primer momento advirtió a los policías que se estaban equivocando y que era inocente, pero fue esposado, abofeteado y pateado de camino a comisaría "con intención de humillarle", dice la sentencia.

El tribunal explica que el trato degradante consiste en que dos agentes uniformados "asalten a un ciudadano que camina tranquilamente por la calle que no ofrece resistencia alguna", lo presionen contra los barrotes de la pared de manera innecesaria, lo golpeen y lo intimiden diciéndole "que se comería una agresión sexual con navaja", "lo tengan peregrinando de dependencia en dependencia, lo dejen esposado y tirado en el suelo de Nou de la Rambla, e incluso se mofen de él cuando pide llamar a su familia". Todo ello, unido al "correlativo sentimiento de humillación, impotencia, miedo, incertidumbre e inferioridad, además del dolor físico fruto de los golpes", recuerda la sentencia.

El tribunal destaca: "no existe ninguna duda acerca de la conducta prepotente, desproporcionada y vejatoria que desplegaron los acusados". En otro momento, los jueces aluden con ironía a la "declaración impecable" de los compañeros de los policías que testificaron en el juicio. Se trata de unas declaraciones "estudiadas, artificiales, concretadas y carentes de espontaneidad" que pretendían lograr la absolución de sus compañeros, pero a las que el tribunal no les concede ningún valor.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

El Departamento de Interior de la Generalitat anunció ayer que recurrirá la sentencia, al tiempo que anunció que abría expediente informativo a los policías. En la práctica eso no servirá para nada porque los agentes seguirán en activo a la espera de la sentencia definitiva que dicte el Tribunal Supremo.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_