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Reportaje:La nevada que colapsó Madrid

Eslalon en el Retiro

La nieve paraliza la ciudad y deja impracticable la mayoría de las calles

Pobre de aquel al que se le ocurriera ayer correr para coger el autobús. El trompazo estaba asegurado. La intensa nevada que cayó en la capital dejó las calles y las aceras cubiertas de nieve resbaladiza. Sólo en las calles principales era posible circular, y no en todas. De poco sirvieron las más de 1.450 toneladas de sal que esparció el Ayuntamiento a lo largo del día, sobre todo cuando la ciudad ya estaba blanca. Y de menos aún las 79 del jueves por la noche, en previsión. Todo el que puso un pie en la calle estuvo expuesto al resbalón. Y el que sacó el coche, al patinaje olímpico. Eso si logró salir de casa. La nevada de ayer paralizó la capital.

Y mucho. En Madrid hubo 135 accidentes de tráfico por el temporal -el doble de lo normal-, el Samur atendió a 60 personas por caídas, y otras dos resultaron atropelladas por coches que patinaron (una acabó con las dos piernas rotas). La Policía Municipal tuvo que actuar 226 veces por la nevada.

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La tormenta de nieve empezó a las siete de la mañana. Media hora después, el Ayuntamiento decretó la alerta roja, aunque no explicó en qué consiste ("cuando empieza a nevar", según una portavoz). Y corrió a dar instrucciones, como que los barrenderos tenían que abrir caminitos en la nieve en lugar de barrer. Además, puso en marcha un dispositivo de 379 vehículos, entre máquinas de limpieza, máquinas de distribución de sal y cuchillas quitanieves y quitahielos. Mientras los viandantes se deslizaban sobre las aceras, los camiones de medio ambiente del Selur lanzaban sal desde un molinillo instalado en la trasera. Hasta 1.450.000 kilos se esparcieron a lo largo del día. Además, en cada distrito se habilitó un punto de reparto de sal. En total, más de 4.500 operarios trabajaron en este dispositivo. Algunos vecinos de San Blas denunciaron que en punto de reparto ya no quedaba sal a las nueve de la noche. El 010 invitaba a desplazarse a otros lugares. El Ayuntamiento asegura que ese desabastecimiento fue temporal. "Los tres distritos con más demanda han sido Usera, Fuencarral y San Blas", concede.

En Arturo Soria era misión imposible no patinar. Igual que en Diego de León, en Conde de Peñalver, en el Manzanares, en la Gran Vía, en Sol, en Ciudad Lineal. Madrid era una ratonera nevada. La Alameda de Osuna se convirtió en un "barrio fantasma", explicó un vecino. Quería coger un taxi para asistir a una reunión. Pero no pudo. Le dijeron "que era imposible transitar" por la zona. No le quedó otro remedio que salir a la calle "con la nieve por el tobillo". "Si mi barrio no llega a tener metro, no habría podido salir de casa", explicó.

De los más de 12.000 taxistas que circulan habitualmente por la ciudad, apenas 2.000 trabajaron ayer, según explicó el presidente de la Agrupación General de Taxistas (Agetaxi), Francisco Esteban. "Es vergonzoso que una nevada leve paralice la ciudad", se quejó. "Luego queremos que se celebren aquí los Juegos de 2016", insistió en su lamento.

Pero no todo eran enfados. Ayer, en las zonas más turísticas de la capital, la nieve se recibió con alegría. En el Retiro y en el Campo de las Naciones hubo gente que sacó los esquís del armario y practicó un eslalon urbano. En la Puerta del Sol, los turistas se fotografiaban, los jóvenes se tiraban bolas de nieve, el reloj estaba blanco. Y Ana grababa con su móvil. "¡Es impresionante! ¡Nunca había visto nada igual!", dijo. Y eso que es de Vallecas de toda la vida.

Una mujer camina con precaución por la Gran Vía bajo la intensa nevada.
Una mujer camina con precaución por la Gran Vía bajo la intensa nevada.SAMUEL SÁNCHEZ

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