La Bolsa se libra del carbón de Reyes
Quién lo iba a decir. Después del desastroso 2008 bursátil, los Reyes Magos ignoraron el mal comportamiento de los mercados el año pasado y les regalaron una nueva jornada alcista en todo el mundo en vez del carbón que les tocaba. De esta forma, 2009 cuenta todas sus sesiones por subidas, al menos en Europa.
Melchor, Gaspar y Baltasar no estuvieron solos. Contaron con la ayuda de la inflación. En diciembre, los precios apenas han crecido un 1,6% en la zona euro. Este dato añade presión al Consejo del Banco Central Europeo para decretar nuevas bajadas de tipos de interés en su reunión de la próxima semana. Y eso es bien recibido por los inversores.
La campana sonó por primera vez en los parqués españoles un 6 de enero, y se notó. La sesión fue tranquila y sin un gran volumen de negociación. La jornada festiva se notaba. A falta de poco más de dos horas para que concluyera la sesión, en el mercado abierto se habían movido casi 700 millones de euros. A partir de entonces se animó la negociación y concluyó con un volumen de 1.375 millones, en el conjunto del mercado se alcanzaron los 2.500 millones.
Pero la tranquilidad no fue ayer sinónimo de atonía en los parqués. El Ibex 35 ganó un 0,83% y cerró por encima de los 9.700 puntos dos meses después de hacerlo por última vez. La subida del índice selectivo podría haber sido mayor de haberse sumado los grandes valores con mayor decisión. Por sectores, las constructoras volvieron a tirar con fuerza al alza. A ellas se sumaron compañías como Mapfre, Grifols y Acerinox.
A los números verdes se abonaron la práctica totalidad de índices españoles, especialmente el que agrupa a las pequeñas empresas, que volvió a destacar por segunda jornada consecutiva.
En el resto del continente, las ganancias superaron a las españolas. Ayudadas por la apertura alcista en Wall Street, que consolidaban sus avances a medida que transcurría la sesión, se anotaron subidas superiores al 1% en mercados como el londinense o el parisiense.
Por el contrario, la moneda única europea continuó perdiendo posiciones respecto a divisas como el dólar, la libra y el yen. Al fin y al cabo, el frenazo responde a la caída del crudo, pero también a la debilidad de la economía europea.
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