Un tercio de los nuevos residentes en Alicante recala en La Vega Baja

Trabajo fácil y viviendas disponibles. Estos son los principales motivos que explican el espectacular crecimiento demográfico en la comarca de La Vega Baja durante los últimos años, y en especial hasta enero de 2008. Según los datos del INE (Instituto Nacional de Estadística), casi un tercio de los 66.231 nuevos habitantes censados en la provincia de Alicante en 2007 correspondieron a esta comarca, que sumó un total de 21.000 nuevos habitantes. En el resto de comarcas el aumento ha sido más moderado. Las poblaciones de Torrevieja y Orihuela lideran este crecimiento en La Vega Baja con 7.375 y 4.510 nuevos vecinos, respectivamente. No es un fenómeno aislado. En Rojales hay en un año 1.704 personas más, en Pilar de la Horadada 1.086 y en San Fulgencio 1.011.

"Esta tendencia se quebrará. Hay menos demanda de mano de obra"

Estos datos son anteriores a la actual situación de recesión económica, y se fundamentan precisamente en el tirón de mano de obra que demandaba el sector de la construcción y la agricultura. Pero la actual coyuntura de crisis económica trunca los sueños de muchos de estos nuevos censados, inmigrantes mayoritariamente, que vinieron a trabajar. Ahora, si pierden su empleo, ¿qué puede pasar? "Es necesario reorientar el modelo, buscar alternativas entre todos al turismo residencial", insta el catedrático de Análisis Regional de la Universidad de Alicante, Fernando Vera. El aumento de población en La Vega Baja ha permitido a la provincia de Alicante consolidarse como la cuarta de toda España más poblada, por encima de Sevilla, al crecer en un año en 66.213 personas y alcanzar los 1.891.477 habitantes. La provincia aporta así la mitad de los nuevos empadronamientos registrados en la Comunidad Valenciana. En la de Valencia se censaron 56.726 nuevos ciudadanos y en la de Castellón 21.633.

Pero ¿por qué motivos estas localidades del sur de Alicante han sido un foco constante de atracción de población? "Se han dado todas las condiciones favorables: el clima, un parque de viviendas abundante y una demanda de empleo importante", resume Ignacio Ramos, alcalde socialista en Pilar de la Horadada, un municipio que ya empieza a moderar su crecimiento debido a la crisis y que ha pasado de elevar su censo en 2.000 habitantes por año durante los últimos a un millar. David Costa, concejal del PP en el gobierno del Ayuntamiento de Orihuela responsable de estadística, también destaca la bonanza climatológica y que muchos turistas ahora se han convertido en residentes permanentes. No obstante, en este último año "se ha notado un cambio de tendencia, hay menos poder adquisitivo, por eso debemos hacer un esfuerzo para reorientar a toda esa gente que vino a trabajar y que está en el paro". Fernando Vera resume que dos fuertes corrientes convergen y explican este boom demográfico: "el modelo de turismo residencial y el crecimiento económico basado en la construcción".

Muy crítico se muestra Pascual Pascual, secretario del sindicato CC OO en la comarca. "Ya decíamos que esto podría explotar, el crecimiento demográfico y económico de La Vega Baja tenía patas de barro", apunta este sindicalista, que denuncia la excesiva dependencia económica del sector de la construcción. Carlos Gómez Gil, director del Observatorio de la Inmigración de la Universidad de Alicante, destaca que la inmigración ha sido la "locomotora" del crecimiento demográfico en la comarca de La Vega Baja. De cada cien nuevos empadronados 80 son inmigrantes, y advierte de que ante la "velocidad y profundidad" de la crisis económica estos inmigrantes serán los primeros en sufrir sus consecuencias. "Esa tendencia se quebrará en los datos de 2008, ha habido menos demanda de mano de obra", apunta el sociólogo. Fernando Vera confía en que el turismo residencial mantenga su pujanza, pero alerta del riesgo de la excesiva dependencia del ladrillo: "Se trata de un modelo único, espectacular aumento de población por encima de las infraestructuras y consecuencias impredecibles".