¿Cuántas vidas más puede salvar Tráfico?

En los últimos cinco años el número de muertos en las carreteras españolas ha descendido un 45,8%, lo que supone 1.847 vidas que no se han perdido sobre el asfalto. El año que acaba de terminar se ha cerrado con una bajada histórica del 20,3%. Aún así, hay dos datos inquietantes: uno, que unas 2.181 personas fallecieron el pasado año en accidentes de tráfico; y otro, que todos los países de nuestro entorno que han vivido la euforia de descensos importantes tres años seguidos han sufrido a continuación un repunte.

En España, durante cinco años, se han fulminado todos los récords. Con los datos de 2008 es posible que encabece el grupo de países de la UE que más están contribuyendo al objetivo europeo de reducir en un 50% las víctimas en accidente de tráfico hasta 2010. Los Estados miembros hablan ya del milagro español. Pero en la Dirección de Tráfico se mueven en un escenario de cautela y aseguran que el "objetivo es consolidar los resultados obtenidos" y evitar un temido repunte, que casi se da por hecho.

Una de las estrategias ha sido solapar medidas de calado: carné por puntos, radares, reforma del Código Penal... Pero sus armas preventivas no se verán reforzadas este año hasta junio, cuando salga del Congreso un procedimiento sancionador que promete ser mucho más duro. Hasta entonces, en la DGT esperan que el permiso por puntos siga haciendo su trabajo. "Ahora es cuando está dando resultados, ya hay 30.000 conductores que han perdido o están a punto de perder el permiso por agotar su saldo", apuntan.

Los expertos consideran que aún hay margen para seguir avanzando, aunque concluyen que será muy difícil y que habrá que trabajar muy duro para que no se dé la vuelta la tendencia del último quinquenio. Y no descartan turbulencias. Cada cual ofrece sus recetas. Eso sí, existe unanimidad en que es imprescindible mejorar carreteras y señales y trabajar en la educación de niños, adolescentes y aspirantes a conductores.

En 2007, sumando los muertos en carretera y en vías urbanas se llegó a 3.823 fallecidos. Pocos se atreven a hacer un vaticinio de hasta dónde se puede recortar. Luis Montoro, presidente de la Fundación para la Seguridad Vial, indica que "la línea base" sería unas 2.500 víctimas mortales anuales. "Y moverse de ahí será muy complicado", señala, aunque está convencido de que con políticas a largo plazo se podrá seguir avanzando "hacia cifras más estables". Sus recetas no pasan tanto por la represión, sino por modificar el comportamiento, y considera fundamental una estrategia de futuro basada en la renovación del parque de vehículos, el reciclaje del conductor, la mejora de las vías y señales y evitar que "cuatro millones de bebedores o alcohólicos" se pongan al volante ebrios.

El diputado Jordi Jané, portavoz de CiU en la Comisión de Seguridad Vial del Congreso, subraya que el reto son las infraestructuras, especialmente las vías secundarias, porque en una comparativa europea "estamos mal". "Hay que mejorar las carreteras y señalizar y eliminar los puntos negros. Eso, y la educación". Estas medidas son compartidas por el responsable de Seguridad Vial del RACE, Tomás Santa Cecilia, que añade que es imprescindible mejorar la asistencia sanitaria. "En Alemania, por ley, se debe acudir en menos de 30 minutos tras un accidente, aquí puede llegar a hora y media dependiendo de la comunidad". En su opinión, mantener la tendencia de los últimos años "no será fácil".

Ana María Campo, presidenta de la asociación de víctimas Stop Accidentes, afirma que algo está fallando y habría que emplearse contra los "potenciales criminales, los que corren, los que beben y se ríen de las normas" y que los siniestros se conviertan en una de las principales preocupaciones de la sociedad.