López exigirá a Zapatero "manos libres" para pactar en Euskadi
Preocupación en el PSOE porque el Ejecutivo pueda perder el apoyo del PNV
El secretario general del Partido Socialista de Euskadi y candidato a la presidencia del Gobierno vasco, Patxi López, reclamará al líder del PSOE y presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, "manos libres" para decidir su política de pactos tras las elecciones autonómicas del 1 de marzo, según fuentes próximas al líder socialista vasco. López, que tiene prevista una campaña de fuerte contenido autonomista y que, con la excepción de Zapatero y tal vez de los ministros Alfredo Pérez Rubalcaba (Interior) y Cristina Garmendia (Ciencia y Tecnología), no está interesado en que le arropen otros dirigentes del PSOE, quiere extender su autonomía a la política postelectoral.
Los nacionalistas no admiten que López gobierne si gana Ibarretxe
Los votantes del PSE no aceptarían que se desperdiciara su ocasión tras 30 años
El asunto no es baladí porque, tras las elecciones, puede producirse un choque entre los intereses de López por desalojar al PNV y gobernar en Euskadi y los de Zapatero, que necesita del PNV para que su Gobierno disponga de mayoría en el Congreso. No hay que olvidar que, hace menos de un mes, PNV y BNG salvaron los Presupuestos de Estado.
Todas las encuestas señalan que éstas son las elecciones vascas más disputadas desde 1986. Las posibilidades de victoria del candidato del PNV, Juan José Ibarretxe, y del socialista Patxi López son similares. Si López sobrepasa a Ibarretxe no habrá choque de intereses porque el PNV asumirá que, ante una clara victoria, debe ser el PSE el que forme gobierno, y no retirará su apoyo a Zapatero en las Cortes.
Pero las encuestas señalan también que Ibarretxe, aunque gane, apenas tendrá posibilidades de resultar elegido presidente porque sus aliados, Eusko Alkartasuna e IU-EB, no le permitirán alcanzar la mayoría de 38 escaños que requiere su investidura. En cambio, López sí podría gobernar, ya que tiene prácticamente asegurada la mayoría después de que el PP anunciara que le votará para impedir que Ibarretxe siga gobernando otra legislatura. Todas las encuestas señalan que PSE y PP juntos sumarán más de 38 escaños.
En el contexto nada descartable de que López gobernase a pesar de una victoria por la mínima de Ibarretxe, es donde se produciría el choque de intereses entre López y Zapatero. Varios portavoces del PNV, como el del Congreso, Josu Erkoreka, han anunciado que en ese caso retirarán su apoyo al presidente del Gobierno en las Cortes.
Si esa situación se produce, el comportamiento de Zapatero es predecible, porque existe un precedente. Se trata de la formación de gobierno del candidato del PSC, José Montilla, que en 2006 reeditó el gobierno tripartito con ERC e IC, a pesar de haber perdido las elecciones frente al candidato de CiU, Artur Mas. Zapatero llegó a descalificar públicamente a Montilla al señalar que él no podría gobernar si no hubiese ganado las elecciones.
Pero el caso de Euskadi es más complejo que el de Cataluña. Tras casi 30 años de gobiernos presididos por nacionalistas, los votantes del PSE no entenderían que se desaprovechara la oportunidad de gobernar, señalan fuentes socialistas vascas. La necesidad de cambio está aún más interiorizada debido a la apuesta que ha hecho Ibarretxe por el soberanismo en sus diez años de gobierno, que ha dividido a los vascos y ha desgastado al PNV. Un mandato de alternancia no puede defraudarse, insisten las mismas fuentes.
Esta situación pesa mucho en López, según fuentes de su entorno, que también recuerdan lo sucedido hace 20 años, cuando el socialista Txiki Benegas, tras ganar al candidato del PNV, José Antonio Ardanza, por dos escaños, le cedió la Presidencia del Gobierno vasco al no lograr una mayoría de Gobierno. El PSE nombró entonces vicepresidente a Ramón Jáuregui. "La historia no se va a repetir. Patxi López no va ser vicepresidente de nadie. O preside el Gobierno vasco o se va a la oposición", aseguran.
López es un político poco conocido a escala nacional. Pero en el PSE señalan que es muy tenaz y que ha resistido presiones fuertes del PSOE. Hace cuatro años, Zapatero le pidió reiteradamente que apoyara la propuesta del PNV para que Juan María Atutxa ocupara la presidencia del Parlamento vasco. López no cedió y Atutxa no pudo acceder al cargo.
Todos esos problemas pueden ser soslayados si el PSE logra convertir el empate técnico que le dan las encuestas en una victoria clara en los dos meses que quedan hasta las elecciones.
Para lograrlo, seguirá apostando por una política de integración entre nacionalistas y no nacionalistas y rechazando el enfrentamiento entre dos bloques. Es lo que se conoce como socialismo vasquista. Esa política de López ha logrado importante eco entre los empresarios y los representantes de la cultura vascos, campos de los que el PSE estuvo alejado históricamente.
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