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La Junta allana la financiación tras avanzar en la deuda histórica

Fuentes del Ejecutivo andaluz aseguran que la cifra del pacto está más cerca

Alejandro Bolaños

El pago de la deuda histórica a Andalucía ha motivado un sinfín de reuniones entre el Ejecutivo autonómico y el Gobierno desde que José Luis Rodríguez Zapatero llegara a La Moncloa en 2004. Y se ha constituido en la flagrante excepción al habitual acuerdo entre ambas administraciones para resolver conflictos económicos desde que los socialistas mandan en ambas plazas. Pero tras cosechar un chasco tras otro, la Junta cree que la hora del pacto está muy próxima. Un convencimiento reforzado tras la reunión al más alto nivel que mantuvieron el pasado sábado en Madrid.

Fuentes del Ejecutivo andaluz dieron ayer por seguro que se va a llegar a un acuerdo. No es la primera vez que se transmite esta certeza, pero en septiembre el vicepresidente económico de la Junta, José Antonio Griñán, y la ministra de Administraciones Públicas, Elena Salgado, se levantaron de la mesa de negociación sin pactar cuánto dinero debe transferir el Gobierno, pese a que el Estatuto andaluz marcaba el día 20 de ese mes como fecha límite para cuantificar la deuda histórica. Ambas administraciones se dieron seis meses más. Y la Junta concluye que, tras lo conversado el sábado en La Moncloa entre Rodríguez Zapatero y el presidente andaluz, Manuel Chaves, esta vez sí se va a cumplir con los plazos.

Visto lo que está en juego con la deuda, las divergencias se antojan salvables

La reunión de La Moncloa, a la que asistieron Chaves, Griñán, Zapatero, el vicepresidente Pedro Solbes y el secretario de Estado de Hacienda, Carlos Ocaña, tenía por objeto principal debatir el nuevo modelo de financiación autonómica. La cita tuvo lugar tras otro encuentro similar del presidente del Gobierno con el máximo responsable de la Generalitat catalana, José Montilla. Con Cataluña, Zapatero constató que, pese a algunos avances, aún queda mucho trecho por andar. Con Andalucía, sin embargo, el nivel de acuerdo es muy elevado.

La necesidad del Gobierno de un aliado potente (Andalucía es, entre las que dirigen los socialistas, la comunidad más poblada) en la fase final de la negociación de la financiación autonómica es la principal baza de la Junta para forzar un pacto sobre la deuda histórica. Frente al acuerdo previo con Cataluña que ha condicionado sistemas anteriores, Zapatero quiere que ahora se visualice una negociación multilateral, en la que Andalucía es determinante. Chaves, además, ha jugado fuerte esta vez, al condicionar su visto bueno al acuerdo de financiación autonómica al pacto previo en la deuda histórica.

Todo esto se discutió el sábado en La Moncloa y, aunque no hay ningún dato nuevo sobre la mesa, la Junta cree que la disposición del Gobierno a resolver la deuda histórica allana el camino del pacto en la financiación autonómica. Visto además lo que se juega aquí, las divergencias sobre la deuda histórica se antojan salvables. En septiembre, Griñán aseguró que el Gobierno estaba dispuesto a poner 900 millones, cerca ya de la cuantía mínima exigida por la Junta (1.148 millones). La oposición, sin embargo, cree que ni la petición máxima de Chaves (más de 1.742 millones) bastaría para compensar la insuficiente dotación financiera que tuvieron varias de las competencias transferidas a Andalucía en los ochenta y noventa, origen de la reclamación autonómica.

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