Ziarreta ataja las presiones del PNV por los 'casos Guggenheim y Balenciaga'

El presidente de Eusko Alkartasuna (EA), Unai Ziarreta, cortó ayer por la tangente para atajar las presiones de última hora que el PNV o el propio lehendakari Ibarretxe pudieran ejercer sobre su partido para evitar en el último momento su respaldo a los dictámenes de los casos Gugenheim y Balenciaga. Lo hizo por el procedimiento más expeditivo: comprometer ya para el pleno del próximo lunes, en el que se sustanciarán definitivamente ambas cuestiones, el voto de su formación respaldando ambos textos junto a los grupos de la oposición. Los dos dictámenes consideran a la consejera de Cultura, Miren Azkarate, responsable política de las irregularidades y fallos de gestión en ambos museos.

"Ser socios de gobierno no es volvernos ciegos, sordos o mudos"

El máximo responsable del partido y de su grupo parlamentario no quiso confirmar la existencia de las presiones, incluida la amenaza del lehendakari de disolver antes de tiempo el Parlamento si sus socios votaban los dictámenes en el mismo sentido que la opocisión, pero sí reconoció que se han producido "malestar y tensiones".

Ziarreta alabó el trabajo desempeñado en las dos comisiones de investigación por las parlamentarias de su grupo, Idoia Cuadra y Onintza Lasa, éste última además presidenta de la del caso Balenciaga y ponente del dictamen aprobado.

El presidente de EA descartó pedir dimisiones ni apoyar las que pidan otros grupos. A su juicio, la existencia de errores no debe conducir a atribuir responsabilidades personales. "No las hay y no vamos a exigir la dimisión de Miren Azkarate", garantizó, al tiempo que criticó el interés del PP por "cargar las tintas" contra la consejera, algo que EA no respaldará, destacó.

Con todo, también rechazó las palabras de la titular de Cultura y portavoz del Gobierno, quien implícitamente acusó el martes a los grupos parlamentarios que han apoyado el dictamen de "remover mierda porque tocan elecciones". "No se puede tapar la existencia de errores con el argumento de las elecciones, porque siempre las hay", le replicó Ziarreta.

"Nuestro partido tiene la obligación de ser leal, honesto y transparente con la sociedad vasca, estemos en el Gobierno o en la oposición", sostuvo. Ziarreta defendió la posición de su formación, que se ha desmarcado del PNV en ambos casos, y afirmó: "El que seamos socios de gobierno no significa que nos convirtamos en ciegos, sordos o mudos". "Lealtad no puede ser cerrar los ojos o mirar a otro lado cuando dos comisiones parlamentarias constatan errores y lo que está en juego es la gestión correcta de los fondos públicos", abundó.

La incomodidad en que la posición del grupo parlamentario ha sumido a los consejeros del Gobierno quedó patente en las palabras del responsable de Justicia, Joseba Azkarraga, hombre fuerte de EA en el tripartito. Como el consejero de EB, Javier Madrazo, el martes, Azkarraga zanjó ayer contundente una pregunta sobre la cuestión. Azkarate, con la que ha compartido ocho años de gobierno, tiene desde el primer día su "respeto" y su "apoyo personal", dijo, informa Eduardo Azumendi. "El tripartito va a tener buena salud hasta el final de la legislatura", añadió.

El portavoz del PP en las Juntas Generales de Vizcaya, Carlos Olazabal, destacó ayer "el oscurantismo" como "el pecado capital" del Guggenheim y reclamó que no haya "nuevos acuerdos con Nueva York sin que se aclaren los aspectos oscuros". Entre ellos citó las donaciones de los artistas y galeristas a los que el museo ha comprado obra y que, según afirmó, "no han llegado a Bilbao". Igualmente puso en duda que el director general del museo, Juan Ignacio Vidarte, esté en condiciones de representar los intereses de Vizcaya en la negociación con la Fundación Guggenheim de Nueva York para la nueva instalación de Urdaibai, porque está "a sueldo" de aquélla.