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CARTA DEL CORRESPONSAL / Managua | Economía global
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Comprar al fiado en las 'pulperías'

Carlos S. Maldonado

Decir "al fiado" en Managua es sinónimo de supervivencia. En una ciudad que hace apenas dos décadas se abrió de nuevo al capitalismo, después de años de guerra y aislamiento, las pulperías o pequeñas tiendas de barrio siguen marcando el pulso del comercio diario en Managua. Se estima que existen unas 85.000 tiendas familiares que ocupan las salas -porches de las casas- en las que se venden al menudeo todo tipo de productos, desde un huevo hasta una aspirina. Y con una gran ventaja para el bolsillo de los nicaragüenses, los productos se pueden comprar al fiado.

La inflación, que según el economista Óscar René Vargas cerrará este año al 25%, ha golpeado con fuerza a los nicaragüenses, que tienen que ingeniárselas para llegar a fin de mes. Las pulperías son una buena opción. Reina Salazar es dueña de una tienda en el barrio Jardines de Veracruz y dice que vende al fiado a sus vecinos, que le pagan la deuda con el salario quincenal. Salazar tiene un pequeño cuaderno en el que apunta el nombre del vecino, los productos que ha pedido y el costo. "Vender al fiado ayuda a mantener la clientela, pero tuve que perder dinero hasta saber quién paga y quien no", dice esta mujer de 56 años que abrió su pulpería hace 20.

Se estima que existen unas 85.000 tiendas de este tipo
El comercio es la ocupación para el 34,7% de las jefas de hogar
El Gobierno creó hace un año el Consejo Ciudadano de las Pulperías

Las pulperías son una importante fuente de trabajo en Nicaragua, principalmente para las mujeres jefas de familia. Datos del Instituto Nacional de Información de Desarrollo (Inide) muestran que el 34,7% de las jefas de hogar nicaragüenses se dedican a comercios comunales o personales como puestos en mercados o las pulperías. La pulpería ha sido la principal fuente de ingresos para Reina Salazar, que obtiene una ganancia mensual de 6.000 córdobas (300 dólares) y gracias a su tienda ha pagado los estudios universitarios de sus tres hijos.

Para los vecinos de los barrios capitalinos, las pulperías son una opción fundamental. Además de estar cerca de casa y obtener los productos al fiado, pueden comprar al menudeo. "Con esto de la crisis, ahora una ya no puede comprar una cajilla de huevos, y en la pulpería podés comprar sólo uno, una bolsita de sal, o si estoy cocinando y necesito una cebolla, voy a la pulpería. Es más barato y pueden dar al fiado", dice Carolina Medina, ama de casa. "La pulpería le da al vecino la facilidad de venir con cinco córdobas (25 centavos de dólar) a comprar un tomate. En el supermercado no podés hacer eso", explica Salazar.

Tan importante es el papel que juegan estos pequeños negocios en la economía de los barrios que el Gobierno del presidente Daniel Ortega está sacándoles réditos políticos. Hace un año constituyó el Consejo del Poder Ciudadano de las Pulperías, que no es más que un grupo de tiendas que venden alimentos a precios subvencionados, en un intento de disminuir el descontento de la población hacia su Administración, que, según las encuestas, sólo cuenta con la aprobación del 20,4% de los nicaragüenses. Un intento, además, para sortear el tsunami económico que, según el ministro de Economía, Orlando Solórzano, castigará a Nicaragua en 2009.

Sobre la firma

Carlos S. Maldonado
Redactor de la edición América del diario EL PAÍS. Durante once años se encargó de la cobertura de Nicaragua, desde Managua. Ahora, en la redacción de Ciudad de México, cubre la actualidad de Centroamérica y temas de educación y medio ambiente.

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