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"Un negocio con contactos políticos"

"El de las empresas de indonesios es un negocio en manos de gente con contactos políticos", denuncia Aboi, "que fue permitido por el PP y ahora por el PSOE, porque faltaba mano de obra y los armadores no querían contratar a los gallegos con las condiciones que exigían". La CIG asegura que ha habido "amenazas a empresarios" porque "contrataron a indonesios sin contar con los intermediarios y les pagaban lo mismo que a los gallegos".

Las reglas, en el mar, han cambiado y a los gallegos les va a costar volver a hacerse un hueco. "Cuando un país evoluciona, la gente, lo primero que deja es el mar", comenta el patrón mayor de Burela. "Aquí, muchos gallegos se fueron para la construcción, y no eran precisamente los peores trabajadores quienes eligieron ese camino. Pero ahora, con la crisis, se están quedando en paro y van a querer regresar". "Cada vez hay más gente que se dedica a traer indonesios", sigue Basilio Otero. "Hace poco me encontré a un amigo delante del Día llenando el maletero de paquetes de arroz. Resulta que también había montado una empresa de éstas".

Los indonesios están ya en todos los puertos. En Vigo, según la CIG, es donde más abundan y donde se detectan las mayores aberraciones. Dentro de los barcos, los inmigrantes no ascienden, y con los años esto perjudicará a la pesca gallega. "En cuanto nos jubilemos los patrones gallegos que estamos ahora, quedaremos sin patrones", augura Otero. "El nuevo sistema que impuso el Gobierno para titularse complica las cosas, y los pocos que ahora sacan el título se enrolan en Salvamento Marítimo, donde se vive mucho mejor".

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