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Un centenar de ex presos de ETA llama a la unidad ante los intentos de "división"

Rubalcaba: "La banda pudo acabar como el IRA y terminará como el GRAPO"

Tres días después de que se conocieran los movimientos realizados por el Gobierno para acercar a cárceles próximas a Euskadi a varios reclusos de ETA críticos con la estrategia de la organización y en pleno acoso policial a ambos lados de la frontera, la plataforma que aglutina a los presos quiso hacer ayer una afirmación de la unidad del colectivo. Cerca de un centenar de ex reclusos comparecieron en el frontón de Usurbil (Guipúzcoa) -un feudo tradicional de la izquierda abertzale donde gobierna ANV en minoría- para intentar contrarrestar los síntomas de agrietamiento que se vienen dando en ese mundo debido a la presión policial, judicial y política contra ETA y sus entidades satélites.

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Tras una gran pancarta con el lema "Amnistía. Askatasuna" (Libertad), dos de los ex reclusos, Joxean Agirre y Begoña Sagarzazu, leyeron en euskera y castellano un comunicado en el que criticaron la política penitenciaria del Gobierno, que buscaría "la división" de los presos etarras y "alargar el conflicto sin fin".

Los comparecientes, que no permitieron a los informadores hacer preguntas, se refirieron a la afirmación de que la política penitenciaria es un "instrumento" de la lucha antiterrorista, hecha por el ministro del Interior al confirmar los movimientos realizados con los presos. Afirmaron que Alfredo Pérez Rubalcaba reconoce de esa forma el "carácter represivo y negador [de derechos] del Gobierno español". Le acusaron por ello de poner en marcha con la dispersión una "estrategia de aniquilación" para utilizar a los presos como "chantaje político".

El colectivo de ex presos, además, reclamó al Gobierno "una solución dialogada y política" al "conflicto político" vasco. Pero el Ejecutivo, ya avisado de la escenificación de Usurbil, respondió a esta petición de manera anticipada por boca del propio Alfredo Pérez Rubalcaba. Tras aclarar que el hecho de que a ETA no le guste la política penitenciaria "quiere decir algo", subrayó con claridad que los diálogos con la banda para buscar su final "forman parte de un pasado que ya no va a volver". En este sentido, recordó que los Gobiernos de Felipe González, José María Aznar y Rodríguez Zapatero intentaron un final dialogado de la violencia y en las tres ocasiones la organización terrorista rompió las conversaciones. "La democracia ha dado por tres veces a ETA la oportunidad de acabar como el IRA y ETA dijo que no, por lo que acabará como el GRAPO", sentenció.

El ministro del Interior evitó polemizar en aras de la unidad con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre y con otras voces del PP, que han afirmado que el Gobierno estaría en vías de abrir un nuevo proceso de diálogo con ETA. Pero sus palabras no fueron suficientes para borrar la desconfianza alentada dentro del PP sobre la política antiterrorista del Gobierno. "Me lo tengo que creer, que no es lo mismo que decir que me lo creo", respondió el vicesecretario de Comunicación del PP, Esteban González Pons, cuando supo que Rubalcaba había dicho que la negociación ya no es posible.

Pero el hecho es que la estrategia de agrietamiento del colectivo de presos ha hecho mella. La segunda prueba la dio la portavoz del PCTV, Nekane Erauskin, para quien la afirmación de Rubalcaba de que a unos presos se les aleja y a otros se les acerca muestra que el Gobierno trata a los reclusos etarras como "mercancía para los intereses del Estado". Incluso acusó a PNV y Nafarroa Bai de apoyar esta política.

Concentración ayer de ex presos en el frontón de Usurbil.
Concentración ayer de ex presos en el frontón de Usurbil.JESÚS URIARTE
Unos niños recogen regalos en el frontón de Usurbil. Detrás, ex presos de ETA se dirigen a la prensa.
Unos niños recogen regalos en el frontón de Usurbil. Detrás, ex presos de ETA se dirigen a la prensa.JESÚS URIARTE

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