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Reportaje:

40 años de un hito industrial y cultural

A Coruña acoge desde hoy una retrospectiva de la historia del grupo Sargadelos

Cuatro décadas de un referente sin precedentes de la industria y la cultura gallega, como es la fabulosa aventura de Sargadelos, ideada en 1956 desde el exilio en Buenos Aires por Luís Seoane e Isaac Díaz Pardo, conforman la exposición que, coordinada por el Ministerio de Cultura, se abre hoy en A Coruña. Sargadelos recuperado: o Laboratorio de Formas 40 anos despois agrupa en la Fundación Luís Seoane todo tipo de documentos, máquinas, artilugios y recuerdos gráficos o materiales de la historia de cómo dos artistas comprometidos lograron, en plena dictadura franquista, crear todo un conglomerado empresarial para resucitar y recuperar la creatividad y la cultura de Galicia, que habían sido heridas de muerte en el Golpe de Estado de 1936.

La muestra incluye los moldes de los que salió la cerámica azul cobalto
Seoane y Díaz Pardo reactivaron la cultura gallega, aniquilada por la Guerra Civil

Sargadelos constituyó, en medio de la represión, un auténtico proceso de memoria histórica, que "cuando llegó a Madrid, el Gobierno plasmó en una ley", ironizaba ayer Díaz Pardo mientras recorría las salas de una muestra conformada por su archivo personal y el de las únicas tres instituciones que aún controla, después de ser bruscamente apartado del consejo de administración de Sargadelos en 2005, al perder la mayoría entre los accionistas.

Un candente y polémico episodio que no se menciona en esta retrospectiva, que recoge desde cómo germinó la idea de reabrir la fábrica de cerámica creada por Raimundo Ibáñez en el siglo XVIII hasta su actual configuración como grupo empresarial sin parangón "a nivel cultural e industrial", aseguró José Luis García Garrido, de la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales. "Sargadelos no es una tienda de cerámica, sino la imagen de varias generaciones de Galicia", agregó al hacer un paralelismo con la escuela Bauhaus de artes y oficios nacida entre las dos guerras mundiales en Alemania pero que sólo duró, lejos de las cuatro décadas del grupo gallego, 14 años.

La exposición, comisariada por el hijo mayor de Díaz Pardo, Xosé, es también la reivindicación de la figura de dos intelectuales gallegos que, "en la cima de sus carreras artísticas" deciden -al unirse en Buenos Aires en 1956- reactivar la "fecunda" cultura gallega aniquilada por la Guerra Civil con una visión empresarial poco común en aquellos tiempos de penuria y exilio. De hecho, el Laboratorio de Formas de Galicia, creado en 1963 de regreso del exilio por Seoane y Díaz Pardo, tiene su origen en la pequeña fábrica de porcelanas de la Magdalena que en 1958 abrió en Argentina el único artífice aún vivo de Sargadelos, a petición de los exiliados gallegos.

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Curiosidades como el retrato que Goya hizo de Raimundo Ibáñez, fusilado en 1908 por "afrancesado", o maquinaria y moldes de los que salió la característica cerámica azul cobalto de Sargadelos integran esta muestra que inaugura hoy el ministro de Cultura, César Antonio Molina. Todas las instituciones desarrolladas entorno a la fábrica de Cervo, reabierta en 1968, como son el Seminario de Estudos Galegos, Edicións do Castro, el Laboratorio Xeolóxico de Laxe y el Museo de Arte Contemporáneo Carlos Maside, entre otros, son contadas también en esta retrospectiva, que permanecerá abierta al público hasta el 22 de marzo. Y aparecen también tantos y tantos artistas, intelectuales y profesionales que fueron "fraternos colaboradores" del planeta Sargadelos y de ese laboratorio de integración de arte, estética, pensamiento, diseño e industria "de un país que, gracias a Luís Seoane e Isaac Díaz Pardo, se transformó radicalmente", en palabras del director de la fundación coruñesa, Alberto Ruiz de Samaniego.

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