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Las consecuencias de la explosión de Gavà

Luto en Benalúa, que sigue a la espera de tristes noticias

El silencio se ha instalado en el pueblo de Granada

El municipio granadino de Benalúa (3.300 habitantes) vive desde el pasado día 3 sus peores jornadas. El luto se ha instalado en esta localidad del este de la provincia de Granada de la que son oriundas la mayoría de las víctimas de la explosión de gas en Gavà. Los cinco fallecidos pertenecen a una misma familia que emigró, como muchas otras, a Cataluña en busca de una vida mejor.

Ahora el barrio del Carambolo, donde vive la población gitana del municipio, que es el 25% de los habitantes, llora la muerte de sus familiares. Las calles, bulliciosas habitualmente, están solitarias y apenas el ladrido de algún perro rompe el silencio fuera de las viviendas. En su interior, pegados al televisor para ver las noticias, pasan con angustia las horas los familiares que se han quedado en Benalúa.

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Marina Santiago ha cuidado de sus hijos este triste puente. Junto a ella, su marido, dos de sus hermanas y sus sobrinos. "El resto de la familia ha ido a Barcelona", explicaba. El Ayuntamiento, que decretó tres días de luto oficial, puso a disposición de los vecinos un autobús que regresó anoche. Otros viajaron en coches particulares. El trayecto de vuelta se hizo con un "tremendo silencio", según explicó el alcalde, Juan Hidalgo, que viajó con sus vecinos. "Están muy afectados por lo que dejan allí y por lo que esperan".

En las casas tampoco había el alboroto propio de otros días de fiesta. "Mi prima Fátima tenía 17 años. Ha muerto embarazada de dos meses, se había casado hace tres", lamentaba Marina, que estuvo en su casa hace varias semanas. El edificio quedó en ruinas tras la deflagración. "Era mi prima, pero nos considerábamos hermanas". Junto a ella sus hermanas Macarena y Josefa no dan crédito a lo ocurrido. "Lo estamos pasando fatal". La quinta víctima mortal, también prima de ellas, viajaba mucho a su pueblo natal. En el accidente han muerto también su marido y su hijo de 20 años.

El teléfono, además de la televisión, ha sido la vía de comunicación entre Benalúa y el hospital de Vall d'Hebron estos días. Diez de las 11 familias afectadas por la explosión del barrio de Ca n'Espinós de Gavà tienen algún pariente en esta localidad. "Es una tragedia para todos", manifestaba Hidalgo. Junto con el regidor viajaron diputadas provinciales de Granada que quisieron visitar a las víctimas y agradecer "el apoyo, esfuerzo y dedicación" de las autoridades.

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"Sólo algunos niños han salido a jugar a la calle, a los mayores no se nos ve por el pueblo. Son días tristes; el que no tiene allí un primo, tiene a un sobrino o un tío. ¿Qué alegría vamos a tener?", se preguntaba Juan Bermúdez, familiar de otros accidentados. Las noticias son malas y la espera angustia si cabe más a los se han quedado a más de 800 kilómetros del lugar del suceso, aunque agradecen por igual las muestras de solidaridad. Arremolinados junto a la chimenea, los familiares esperan en vilo el regreso de los que viajaron a Barcelona con pocas esperanzas de oír buenas noticias. La tragedia ha alterado los planes de los vecinos. "La aceituna este año tendrá que esperar", explicaba Bermúdez, "hay muchos temporeros entre los familiares".

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