España, en la órbita del negocio espacial
El Gobierno destina 677 millones al sector para los próximos tres años
El sector espacial español está empezando a ejercer realmente de quinto clasificado en el entorno espacial europeo por su esfuerzo económico, con lo que esto conlleva en contratos y actividad industrial y científica, así como en participación en proyectos internacionales, con un papel cada vez más firme, o menos secundario. Los líderes de la clasificación son Francia, Alemania, Italia y Reino Unido (o Alemania y Francia en los puestos de cabeza, según las últimas jugadas en el tablero espacial europeo). Inmediatamente después se sitúa España.
Los 677 millones de euros de inversión en las actividades de la Agencia Europea del Espacio (ESA) para los próximos tres años anunciados por Cristina Garmendia, ministra de Ciencia e Innovación, respaldan la creciente presencia de España en el sector. Garmendia presentó este compromiso de financiación, aprobado por el Gobierno, en la conferencia de ministros de los 18 países de la ESA celebrada la semana pasada en La Haya.
El CDTI apuesta por los futuros satélites Meteosat de tercera generación
La Agencia Europea del Espacio ha suscrito programas por 10.000 millones
España quiere ganar peso, aunque ha reducido su presupuesto inicial
La industria nacional tiene un retorno superior a su contribución
En total se han acordado en la conferencia nuevas inversiones por unos 10.000 millones de euros en proyectos (con preponderancia de Alemania por el volumen económico) y cada país ha elegido, en gran medida, cuánto dinero pone y en qué. Hay que tener en cuenta que con las reglas del juego de la ESA, la buena partida no se hace sólo con una billetera abultada, sino colocando las inversiones en las jugadas (proyectos) más beneficiosas por las oportunidades que abren a cada industria y a cada comunidad científica.
"Tenemos que conseguir una mayor responsabilidad en materia del espacio, porque tenemos unas capacidades científicas y empresariales superiores a nuestro peso actual", dijo Garmendia. "La actividad espacial europea tiene ya 30 años y nosotros no apostamos fuerte al principio; esto ha creado unos equilibrios que es difícil cambiar. Nuestra apuesta se dirige hacia los proyectos nuevos, con lo que podemos aspirar a tener un papel relevante".
La delegación española ha apostado, sobre todo, por los futuros satélites meteorológicos Meteosat de tercera generación (con un 12% de los 860 millones de euros del programa), por un futuro vehículo espacial experimental (IXV) y por un nuevo proyecto de vigilancia de riesgos espaciales denominado SSA. "España ha estado poniendo mucho dinero en los últimos años en el sector espacial, y eso se nota", afirma Juan Nebrera, presidente de la asociación industrial Proespacio. "Pero no sólo se nota que pongas más dinero, sino que lo pongas mejor, porque eso repercute en tu capacidad de decisión en programas de la ESA y de obtener contratos de responsabilidad en los mismos".
De la gestión técnica de la participación de España en la ESA se ocupa el Centro para el Desarrollo Tecnológico e Industrial (CDTI), del Ministerio de Ciencia e Innovación. Pero la delegada en La Haya ha sido Teresa Santero, del Ministerio de Industria, que tiene adscrito el presupuesto espacial. Esta complicada distribución de funciones deriva del conflicto entre ambos departamentos desatado en torno a las competencias del sector espacial, cuya representación retiene el ministerio de Miguel Sebastián, pese a que el CDTI se ha transferido al de Garmendia.
"El resultado de esta reunión ministerial de la ESA ha sido satisfactorio, aunque no sea para echar las campanas al vuelo", dice Pedro Méndez, director de Casa Espacio. "Se han suscrito algunas nuevas iniciativas importantes, pero, sobre todo, se ha intentado asegurar el papel que tiene el espacio como sector estratégico para afrontar los retos futuros, especialmente de los europeos".
En general, los empresarios consultados coinciden en resaltar positivamente el trabajo del CDTI en la preparación de la ministerial y su actuación para rentabilizar las inversiones. Es unánime la valoración acerca del peso estratégico de esta conferencia trienal. "La importancia de la ministerial para Sener es innegable, y esperamos con interés la presentación que el CDTI ofrecerá el día 10 de diciembre para conocer detalladamente su contenido", dice Diego Rodríguez, director de Espacio de Sener.
En realidad, España ya era el quinto país de la ESA según su contribución, con un 8% en el programa científico (unos 600 millones anuales), que es obligatorio y en el que cada país contribuye en proporción a su PIB. Pero este programa supone sólo un 25% del total de actividades de la agencia, y hasta hace poco, la contribución española a los otros proyectos, los que son a la carta o voluntarios, era muy inferior a ese 8%. La inyección de dinero que se ha hecho en el sector espacial desde 2005 va compensando ese déficit hispano; los 677 millones ahora anunciados deben consolidar la posición de quinto clasificado.
"La contribución española, aunque, como es natural, nunca llega a alcanzar el volumen que desearía la industria, va a permitir que las empresas den un salto de calidad, al suscribir España programas con una participación relevante. Esta participación, que en algunos programas como el SSA llega al 30%, permite que la industria española, por primera vez, pueda liderar desarrollos estratégicos que antes estaban reservados para empresas de Francia, Alemania, Reino Unido o Italia", comenta Miguel Belló-Mora, director de Deimos Space. No se pueden olvidar, dice, "los condicionantes externos de profunda crisis", pero "la perspectiva abierta en la ministerial para los próximos tres años permitirá a la industria tener un escenario predecible".
Jesús Serrano, de GMV, afirma que en su empresa esperaban más de La Haya. La crisis económica ha hecho su efecto, dice, y se ha acordado la inversión de 10.000 millones de euros cuando hace unos meses se barajaban unos 12.000 millones. En cuanto a la parte española, "se ha comprometido menos dinero del inicialmente previsto", advierte. "Hemos llevado una línea ascendente en los últimos años, pero si no se mantiene con un mensaje contundente, si se retrocede un poco, es complicado jugar el papel relevante al que España aspira".
Por la participación del 8%, la industria española obtiene un retorno algo superior al 100% a través de contratos para desarrollar, por ejemplo, estructuras de materiales compuestos, sistemas electrónicos, mecanismos y antenas. Es cierto que la mayoría de las empresas europeas del sector -en España son una veintena- están englobadas en dos consorcios (Thales Alenia Espacio y Eads Astrium), pero las delegaciones en la ESA vigilan que los contratos de retorno vayan a las filiales en el propio país.
En los programas suscritos a la carta, la contribución española del 12% en el Meteosat de tercera generación debe abrir la puerta a buenos contratos de fabricación de satélites de esta familia, así como facilitar la implicación en desarrollos tecnológicos avanzados. Nunca ha estado España en un programa tan grande con un porcentaje tan alto, según fuentes del CDTI.
En el capítulo de lanzadores, España se ha implicado con un 18% (15 millones de euros) en los estudios de un futuro vehículo espacial nuevo, el IXV, situándose como segundo mayor contribuyente. El objetivo es obtener contratos en áreas como guiado, navegación y control.
El programa que ha salido de La Haya con sabor español más intenso (30%) es el SSA, por ahora pequeño. Se trata de un sistema de vigilancia de riesgos para los satélites en órbita. El interés español ha sido traerse el radar del sistema y el centro de datos del SSA a la sede de la ESA en Madrid, el Centro Europeo de Astrofísica Espacial (ESAC).
Dos satélites y medio
Al margen de los programas oficiales de la Agencia Europea del Espacio (ESA), pero no del todo fuera de este organismo, España está haciendo dos satélites propios de observación de la Tierra y un tercero de comunicaciones a medias con Alemania. El presupuesto total supera los 400 millones de euros.
El Ingenio, apodado en el sector Montillasat -fue el entonces ministro de Industria, José Montilla, quien lo anunció en 2005-, es un satélite de 750 kilos con una cámara óptica e instrumentos científicos. Pese a que España paga íntegramente su coste, la gestión del proyecto se ha transferido a la ESA, acostumbrada a dirigir con rigor este tipo de proyectos. Ya se han seleccionado las empresas que realizarán las tareas de mayor contenido tecnológico y se estima que el 75% del trabajo recaerá en compañías españolas, con Casa Espacio (EADS Astrium) como contratista principal del proyecto. Se empezará a construir en 2009 y se lanzará en 2012. La idea de poner en marcha este satélite hace tres años respondió a la estrategia de aumentar la inversión de España en el sector espacial.
El segundo satélite, de algo más de una tonelada, es también de teledetección y lo construye Casa Espacio. Se llama Paz y llevará un radar, lo que permitirá obtener datos de la superficie terrestre de noche y en condiciones meteorológicas adversas. Tanto el Ingenio (bautizado oficialmente por el programa Ingenio 2010) como el Paz pueden ser de utilización dual, pero el primero se orienta más
al uso civil, y el segundo, al militar.
Un nuevo programa europeo que liderará España es el Proba-3, de demostración en órbita de vuelo en formación. EADS-Casa será responsable de uno de los dos satélites de la misión, y Sener y GMV lideran tecnologías críticas.
España, además, prepara otra misión, ésta en colaboración con Alemania, que aporta el 50% de la misma y lidera la construcción del satélite (Small-Geo). Se
inscribe en el programa Artes-11 de la ESA, y España, como segundo contribuyente, con un 25% del coste total (220 millones de euros), desarrolla la carga útil avanzada de telecomunicaciones, llamada Red-Sat. Además, Hispasat será el operador de la misión. -
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